Para reducir las altas tasas de obesidad en bebés y niños pequeños en edad preescolar, se necesitan estrategias para fomentar la actividad física, una alimentación sana y buenos hábitos de sueño, según un informe del Instituto de Medicina. Alrededor del 10 % de los niños de 1 a 2 años, y poco más del 20 % de los niños de dos a cinco años, tienen sobrepeso o son obesos.
Al contrario de lo que se cree comúnmente, que un bebé gordito es un bebé sano, y que la gordura infantil desaparecerá naturalmente al crecer, el peso excesivo tiende a persistir, comenta la Dra. Leann Birch directora del Centro de Investigación de la Obesidad Infantil de la Universidad Estatal de Pensilvania .
Es una gran preocupación porque las afecciones relacionadas con el peso como la diabetes y la hipertensión solían ocurrir casi exclusivamente en adultos, pero ahora ocurren en adolescentes y adultos jóvenes, y las tasas van en aumento.
Los cuidadores de guarderías, los profesionales de la salud y quienes diseñan las políticas de salud, deben ser socios útiles de los padres en la reducción del riesgo de obesidad al crear ambientes saludables e implementar prácticas positivas durante los primeros años de los niños, que son cruciales en su desarrollo.
Atacar un solo factor no resolverá el problema de obesidad en los niños. El tema amerita un método amplio que incluya identificar a los niños con sobrepeso, aumentar la actividad física, fomentar una alimentación sana y asegurarse de que los niños duerman lo suficiente.
Las recomendaciones incluyen:
Limitar el tiempo que los niños pasan frente a la televisión
Educar a los padres sobre los buenos hábitos de sueño y las horas adecuadas,según la edad,
Exigir a las escuelas, que provean oportunidades y ambientes que fomenten la actividad física,
Aumentar los esfuerzos por promover la lactancia materna,
Exigir a las guarderías y preescolares que sigan los patrones de comidas balanceadas.
Las recomendaciones se dirigen a los profesionales para educar y respaldar a los padres en el establecimiento de hábitos saludables en el hogar, y en las instalaciones educativas.
Fuente: Institute of Medicine