La tos ferina, también llamada tos convulsiva, pertussis o coqueluche, es una infección causada por una bacteria llamada bordetella pertussis.
Claudia López, infectóloga pediatra explica que la tos ferina ocasiona accesos de tos muy característicos en quintos, de hecho se le describe como tos quitosa, que se caracterizan porque alrededor de la boca se pone azul durante el acceso de tos, los accesos son muy largos y puede disminuir el aporte de oxígeno durante este acceso de tos.
En los niños es una enfermedad grave, que puede poner en riesgo la vida debido a que el acceso de tos llega a ser tan largo que disminuye el aporte de oxígeno y puede inducir una hemorragia cerebral. La Dra. López explica que la tos ferina nn los adultos no es grave, lo que produce es una tos crónica, son tocedores por más de 3 o 4 meses y la enfermedad remite sola, pero tienen riesgo de contagiar a un bebé.
La mortalidad por tos ferina es mayor en los primeros tres meses de vida. La tos ferina se previene con una vacuna, pero la primera administración es entre las 6 semanas y los 2 meses, entonces si le da a un menor de 3 meses todavía no tiene protección por la vacuna, entonces es cuando tienen mortalidad más alta, de acuerdo con la Dra. López.
La vacuna DPT, que protege contra difteria tétanos y pertussis o tos ferina debe aplicarse a los 2, 4 y seis meses de edad y a los 2 y 4 años con un refuerzo cada 10 años. El tratamiento consiste en la administración de un antibiótico para combatir la bacteria, hidratación del bebé y un antitusígeno.
Menciona la Dra. López que la tos ferina es una de las pocas indicaciones para dar a un bebé un medicamento para quitar la tos, a fin de prevenir las hemorragias.
En materia de prevención, se recomienda que una persona con tos crónica, cuya causa no se ha determinado, no se acerque a los bebés menores de 2 meses de edad.