El jengibre es originario de Asia y ha sido una de las especias más apreciadas, como remedio medicinal desde la antigüedad hasta hoy en día. En ese sentido, los romanos llevaron el jengibre desde sus provincias hasta Gran Bretaña, junto con el té y otras especias. Mientras que los árabes usaban el jengibre como un buen afrodisiaco y como remedio a malestares estomacales.
El jengibre ayuda a mejorar la mala digestión combate la inapetencia, controla las diarreas y facilita la expulsión de gases intestinales.
Además, estimula la circulación y también se emplea para eliminar los cólicos menstruales y las náuseas.
Se utiliza mucho en medicina china (donde es considerado extremadamente yin al remover y expandir la energía bloqueada), también lo utilizan aplicado en forma de compresas sobre el pecho.
El jengibre se utiliza través de infusiones, licuados, jugos, ensaladas, guisados o postres; ya sea en polvo, fresco, disecado, en tabletas o jarabes.
Por su sabor picante y aromático se recomienda consumirlo con moderación y acompañando a otros alimentos.
