La amabilidad puede ser parte de la estructura genética, afirma el Dr. Micheal Poulin y su equipo de Investigadores de la Universidad de Buffalo y de la Universidad de California en Irvine EUA.
Los investigadores evaluaron la conducta de personas con distintas versiones de genes receptores de dos hormonas (la oxitocina y la vasopresina) que se cree que hacen que las personas sean más amables, el estudio halló que esos genes, en combinación con las percepciones de las personas sobre el mundo como un lugar más o menos amenazador, predicen la generosidad, señala el Dr. Poulin.
Específicamente, los participantes del estudio que hallaban que el mundo era amenazante eran menos propensos a ayudar a los demás, a menos que tuvieran versiones de los genes receptores que generalmente se asocian con la amabilidad.
El Dr. Poulin explica que las versiones más «amables» de los genes receptores le permiten vencer los sentimientos de que el mundo es un lugar amenazante, y ayudar a los demás a pesar de esos temores. El estudio aparece en la revista Psychological Science.
El hecho de que los genes predijeran la conducta solo en combinación con las experiencias y sentimientos de las personas sobre el mundo no es tan sorprendente, porque la mayoría de conexiones entre el ADN y la conducta social son complejas.
Así que si uno de sus vecinos parece ser una persona realmente generosa, amable y cívica, mientras que otro parece ser más egoísta, tacaño y no tan interesado en ayudar, su ADN podría ayudar a explicar por qué uno es más amable que el otro.
El Dr. Poulin comenta que lo interesante es el hecho de que solo hace una contribución ante la presencia de ciertos sentimientos que las personas tienen sobre el mundo que las rodea.
Fuente: University at Buffalo