Un estudio reciente halla que el límite entre la vida laboral y familiar, debido a la constante disponibilidad por teléfono celular o correo electrónico, afecta emocionalmente más a las mujeres.
Investigadores de la Universidad de Toronto utilizaron datos de más de 1,000 trabajadores estadounidenses para determinar las diferencias de género en cómo los hombres y las mujeres responden emocional y psicológicamente a un mayor contacto con el trabajo después del horario normal de oficina.
Los hombres se angustian mucho menos que las mujeres por el contacto frecuente con el trabajo a través del teléfono, correo electrónico o mensajes de texto, según el estudio, publicado en la edición de Journal of Health and Social Behavior.
El coautor del estudio Scott Schieman, profesor de sociología de la Universidad de Toronto, comenta que los hombres y las mujeres perciben de forma diferente el equilibrio entre vida laboral y familiar debido a las percepciones persistentes sobre sus roles de género.
Quizá exista algún efecto residual de los roles de género, pero esto es una mera especulación, señaló Schieman. Una de los principales factores en las que hay que centrarse es que el nivel de culpabilidad de los hombres parece ser el mismo en todos los niveles de contacto con el trabajo, mientras que los niveles de la mujer parecen aumentar de manera significativa.
Aunque los hombres han asumido más responsabilidades en el hogar en las últimas décadas, las mujeres siguen haciendo la mayoría de las tareas domésticas y todavía se consideran la principal fuente de cuidado de niños en la familia
En el estudio, a los hombres y las mujeres se les preguntó con qué frecuencia los compañeros de trabajo, supervisores, gerentes o clientes se ponían en contacto con ellos para tratar asuntos relacionados con el trabajo fuera de las horas normales de oficina. El conflicto entre el trabajo y la familia se evaluó al preguntarles a los participantes por la frecuencia con la que su trabajo les quitaba tiempo y energía para dedicar a sus familias. Los niveles de culpabilidad se midieron al preguntar a los participantes ¿cuántos días se ha sentido culpable en los últimos siete días?. La angustia psicológica se evaluó al preguntarles por el número de días en que se sentían cansados, agotados o poco centrados.
Tanto hombres como mujeres informaron sobre niveles más altos de culpa por ser contactados en sus casas cuando estaban con sus hijos pequeños o cuando habían estado casados anteriormente. Sin embargo, en términos generales, independientemente de la edad del niño o del estado civil, las mujeres solían sentir más culpa y angustia por las intrusiones del trabajo en el hogar.
Las mujeres se las ingeniaban igual de bien que los hombres con su trabajo y vida familiar, pero se sentían más culpables por estar en contacto. Esta culpa parecer ser el centro de su angustia.
En general, los niveles de culpa y de angustia tienden a ser bajos en la población. La gente no anda llena de culpa por ahí, coemnta Noelle Chesley, profesora de sociología en la Universidad de Wisconsin en Milwaukee, los hallazgos tienen que ver con la idea de que las experiencias de las mujeres con el tiempo de ocio son muy diferentes de las de los hombres. La intrusión del trabajo en la vida familiar tiene consecuencias muy distintas para hombres y mujeres, las mujeres y los hombres aportan cosas muy distintas en términos de interacciones en el hogar. El tiempo de ocio de las mujeres se ve más interrumpido, si una persona siente que la interrumpen constantemente, todo esto en su conjunto podría generar una respuesta psicológica muy diferente.
La tecnología, está más allá de nuestro control, sobre todo con relación al trabajo. Esas son cosas con las que la gente no tiene mucho poder de decisión, sobre todo en los difíciles tiempos económicos que estamos viviendo.
FUENTES: HealthDay