La atención integral del cáncer de mama en el Seguro Popular ha logrado que 98 de cada 100 mujeres que se atienden no interrumpan el tratamiento por falta de recursos económicos, lo que ha aumentado 80% la sobrevida a 30 meses de seguimiento de cada paciente.
Desde febrero de 2007 cuando se empezó a atender el cáncer de mama en el Seguro Popular, a la fecha, se ha dado tratamiento a 26 mil pacientes, los cual representa una inversión de más de cuatro mil millones de pesos. Un año después de la inclusión de esta enfermedad, se proporcionó a quien lo requiriera uno de los medicamentos más efectivos y de alto costo, con lo cual aumentó la adherencia al tratamiento de 79 a 98% y la sobrevivencia a cinco años.
Por ser la primera causa de mortalidad en la población femenina en edad reproductiva por neoplasias malignas, el cáncer de mama es un problema urgente y prioritario de salud pública que debe involucrar a las mujeres, sus familias y la sociedad en general.
Sin embargo, uno de los retos es la detección oportuna, debido a que más de la mitad de los casos que se atienden en el Seguro Popular está en etapa avanzada, lo que disminuye la sobrevivencia y aumenta la posibilidad el fallecimiento. La detección a tiempo y el tratamiento adecuado evitan 65% de las muertes que ocurren por cáncer de mama.
El director general de Instituto Nacional de Cancerología (INCan), Alejandro Mohar Betancourt, dio a conocer que antes de incluir la atención del cáncer de mama al Seguro Popular, en el INCan una de cada tres pacientes abandonaba el tratamiento por problemas financieros. Hoy sólo una de cada 100 lo deja. En 2005 recibió 600 pacientes de recién diagnóstico, de las cuales 200 dejó de atenderse a los seis meses por falta de recursos económicos para pagar el tratamiento. En 2010 recibió 900 mujeres y menos de 10 no concluyeron el tratamiento, a cuatro años de seguimiento, la supervivencia global es mayor a 90%.
Para detectar oportunamente el cáncer de mama todas las mujeres deben realizarse la autoexploración mamaria mensualmente y someterse a una mastografía anual a partir de los 40 años de edad.
