El Dr. Matthew Lapierre y su grupo de investigadores de University of North Carolina, en Wilmington EUA, advirtieron que el aparato de televisión encendido en el hogar como ruido de fondo esta alterando el desarrollo de los niños.
La primera encuesta nacional sobre ese tipo de exposición infantil revela que los niños de EUA pasan tanto tiempo cerca de un televisor encendido como en la escuela. Entre los 8 meses y los 8 años de edad, los niños pasan unos 232 minutos por día con el ruido del televisor de fondo. Si se suman los 80 minutos de exposición activa hallados en estudios previos, se alcanzan las cinco horas diarias de interacción con el aparato.
Es un estudio bastante alarmante, y es una señal de alarma clara para los padres, ya que si no están mirando televisión deben apagarla, y evitar que los menores de dos años miren televisión.
Los resultados surgen de una encuesta nacional a 1.500 padres contactados por vía telefónica, los encuestados respondieron sobre las actividades de sus hijos en las 24 horas previas y si dejaban encendido el televisor en el hogar. Aun se desconoce el efecto de la exposición a las pantallas en los cerebros en desarrollo, pero están apareciendo hallazgos preocupantes. Por ejemplo, los niños pasan menos tiempo jugando con amigos e interactuando con los padres cuando hay una televisión encendida en el hogar que cuando no existe esa distracción.
Debemos repensar ese tipo de exposición, pero ¿cómo afecta a un niño pequeño?», el equipo del Dr. Lapierre halló que cuanto más pequeños eran los niños, mayor era la exposición al ruido de fondo del televisor, los menores de 2 años, por ejemplo, estaban expuestos 5,5 horas por día.
La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que la exposición infantil a las pantallas no supere las dos horas diarias, mantener el televisor y la computadora fuera de la habitación, y evitar que los menores de 2 años miren televisión, a los especialistas les preocupa que la exposición a la televisión empuje a los niños a comer más y adquirir malos hábitos, como el tabaquismo y el consumo de alcohol. En los bebés, el ruido de la televisión retrasaría el desarrollo del lenguaje, oír voces en el fondo que no se pueden distinguir confunde a los bebés que están tratando de aprender a hablar, ya que los niños muy pequeños distinguen entre las personas en la televisión y las de carne y hueso, y aprenden mucho más de las segundas.
Cuando los pacientes ingresan al consultorio, él pediatra puede distinguir entre los que miran televisión y los que tienen padres que les leen cuentos. Los bebés a los que los padres les leen cuentos balbucean palabras, mientras que los que miran televisión están callados, eso quiere decir que su desarrollo del lenguaje está amenazado, es un tema preocupante, afirma el Dr. Lapierre.
Fuente: Pediatrics