Una revisión de estudios realizado por la Dra. Teresa Tsakok, del Consorcio Hospitalario Guy y St. Thomas del Sistema Nacional de Salud del Reino Unido, revela que los niños que usaron antibióticos durante el primer año de vida son un 40% más propensos a padecer eczema.
Para los expertos, este nuevo estudio respalda la idea de que los antibióticos destruyen la microbiota intestinal que influye en el desarrollo del sistema inmunológico después del nacimiento. La llamada hipótesis de la higiene sugiere que el sistema inmunológico de los bebés y los niños que no se expone a suficientes desafíos en un ambiente extremadamente limpio sería más propenso a las reacciones extremas, como alergias y asma. Los resultados del estudio se publicaron en la revista especializada British Journal of Dermatology.
Este estudio nos acerca a la comprensión de una posible relación entre el uso de los antibióticos y el eczema, esa asociación se daría por la hipótesis de la higiene. El eczema es una afección cutánea común, en especial en los niños, produce picazón y enrojecimiento de la piel. El 10-20% de los niños padece síntomas de la enfermedad y más de la mitad los sigue padeciendo en la edad adulta.
El tratamiento suele incluir esteroides. El equipo de la Dra. Tsakok, evaluó los resultados de 20 estudios sobre el uso de antibióticos durante el embarazo y el primer año de vida del bebé asociado con la aparición de enfermedades de la piel. Los autores no hallaron relación entre la exposición prenatal a los fármacos y el eczema, pero sí con la exposición durante el primer año de vida de los bebés. Esto elevaba un 40% el riesgo de desarrollar eczema.
Con cada ronda de tratamiento, el riesgo aumentaba un 7% los antibióticos de amplio espectro, como la amoxicilina, fueron los de mayor impacto, es posible que los investigadores pasaran por alto algunos casos de «retrocausalidad» (algunos bebés con eczema tenían más infecciones cutáneas y, por eso, podían necesitar antibióticos, lo que confundiría los resultados), pero los autores admitieron esa limitación, aún así los resultados no pierden validez.
Fuente: British Journal of Dermatology