El pasado 4 de septiembre, se celebró el Día Mundial de la Salud Sexual impulsado por la Asociación Mundial para la Salud Sexual.
Tiene como objetivo promover una mayor conciencia social sobre la salud sexual alrededor del mundo. En ese marco, algunas reflexiones sobre la importancia de la consulta profesional, hechas por la Dra. Beatriz Literat, médica sexóloga clínica y ginecóloga.
La ansiedad por el desempeño sexual es un cuadro clínico que se caracteriza por el alto nivel de estrés y angustia que produce la inminencia de un encuentro íntimo y el bloqueo emocional y físico que sucede como consecuencia.
Un hombre o una mujer que no padecen ninguna disfunción sexual, en determinadas situaciones se ven a sí mismos como dando examen en la intimidad y como si quien les tomara dicho examen fuera la pareja o ellos mismos. El resultado es, que se cumple el miedo anticipado y aparece una disfunción, como por ejemplo, una falla eréctil, el descontrol eyaculatorio o, en la mujer, la falta de excitación.
Si no se realiza un tratamiento y esta situación se prolonga durante mucho tiempo, puede desembocar en la pérdida del deseo sexual y tanto el varón como la mujer se preguntarán por qué ha sucedido esto.
Actualmente, muchas personas inician sus encuentros sexuales sin que exista un adecuado conocimiento personal previo y vemos esta situación con mayor frecuencia, aunque también sucede cuando uno de los miembros de la pareja siente que no está a la altura de su compañero o compañera sexual.
Las personas tienen que saber que la función sexual está expuesta a trastornos durante toda la vida, por eso cuando las personas o las parejas realizan un tratamiento sexológico, aprenden técnicas y recursos que le servirán para el futuro.
Para el tratamiento, existen abordajes que integran los aspectos médicos, psicológicos y sexológicos. Estos últimos incluyen la información sobre técnicas sexuales y recursos que necesitan poseer, tanto el varón como la mujer. La mayoría de las veces, las consultas se realizan por separado en algunas sesiones y en otras con la presencia de la pareja. En otros casos, solamente se trata a la persona que plantea la consulta, sin necesidad de convocar a su compañero/a.
La capacidad de tener una vida sexual plena, a veces depende de la habilidad para saber disfrutar de la vida. Estos aspectos también se trabajan en un tratamiento sexológico porque muchas veces un trastorno sexual es solamente el síntoma visible de una incapacidad encubierta para gozar de la vida y mientras ello no se modifique, la sexualidad continuará siendo deficitaria.
Una sexualidad plena se genera también con una autovaloración, la valoración del compañero y la integración de los aspectos afectivos y espirituales que permiten compartir con otro una sexualidad saludable.