Rehabilitación después de un accidente vascular cerebral

La rehabilitación ayuda a que los sobrevivientes de un accidente cerebrovascular aprendan de nuevo las habilidades que pierden cuando se daña parte del cerebro

Para garantizar la seguridad de la persona que sufrió una accidente cerebrovascular deben ponerse a disposición algunos procesos clave, que incluyen:
•Evaluación relativa al acceso a los servicios de rehabilitación.
•Fijación de objetivos individualizados.
•Planificación de la atención centrada en el paciente.
 •Involucrar a la persona con accidente cerebrovascular y a la familia o al cuidador en la discusión.
  
Después de un ACV, muchas personas experimentan dificultades en la atención, la concentración, la memoria, la percepción, y otras áreas de la cognición, evaluar a todas las personas después del accidente cerebrovascular para detectar déficits cognitivos. Cuando se identifica un déficit cognitivo, llevar a cabo una evaluación detallada utilizando herramientas que sean válidas, confiables y sensibles antes de diseñar un programa de tratamiento que incluya: Aumentar la conciencia acerca del déficit de memoria, mejorar el aprendizaje por medio de técnicas más elaboradas (asociaciones, uso de la mnemotecnia, estrategias internas relacionadas con la codificación de la información, tales como: vista previa, pregunta, lectura, tests), ayudas externas (como agendas, listas, calendarios y alarmas).
 
 
La disfagia es común después del accidente cerebrovascular, ocurre hasta en el 67% de los pacientes, ofrecer terapia de deglución al menos tres veces a la semana para las personas con disfagia después del accidente cerebrovascular mientras continúan haciendo mejoras funcionales. La terapia podría incluir estrategias compensatorias, ejercicios y consejos posturales. 
 
La debilidad limita la capacidad de la persona para mover el cuerpo, incluyendo los cambios de posición, el traslado de un lugar a otro, caminar, y el uso de elementos para las tareas funcionales tales como lavarse y vestirse, ofrecer a los pacientes entrenamiento en tareas repetitivas después del ACV para mejorar la debilidad de las extremidades superiores (tales como: alcanzar, agarrar, señalar, mover y manipular objetos en tareas habituales).
 
Para la debilidad de las extremidades inferiores ofrecer ejercitación específica, (por ejemplo, sentarse y pararse, caminar, y usar escaleras), ofrecer entrenamiento para caminar (treadmill) a las personas que son capaces de hacerlo con o sin asistencia, para ayudar a incrementar la resistencia y a moverse más rápidamente.

Los pacientes necesitarán apoyo para asegurar que puedan valerse por sí mismos. Por lo tanto, los terapeutas ocupacionales con habilidades básicas y capacitación para el análisis y la gestión de las actividades de la vida diaria deben controlar regularmente y tratar a la persona que ha tenido un accidente cerebrovascular. El tratamiento debe continuar hasta que la persona se encuentre estable o sea capaz de progresar de forma independiente.

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