Los funcionarios y profesionales de la salud están preocupados por este regreso del sarampión y otras enfermedades inmunoprevenibles, como las paperas, tos convulsa y a haemophilus. Un 40% de los padres admiten retrasar o no realizar las vacunas de sus hijos. Los expertos afirman que las vacunas han hecho un buen trabajo en la erradicación de enfermedades, pero algunos padres se han relajado porque nunca han experimentado o presenciado las consecuencias de estas enfermedades, como las generaciones anteriores.
Todo esto puede ser fatal, además de arriesgar la salud y hasta la vida no sólo de los propios, sino de otros niños en situación de riesgo.