Choque hipovolémico es una afección de emergencia en la cual la pérdida grave de sangre y líquido hace que el corazón sea incapaz de bombear suficiente sangre al cuerpo. Este tipo de choque puede hacer que muchos órganos dejen de funcionar.
La pérdida de aproximadamente una quinta parte o más del volumen normal de sangre en el cuerpo causa un choque hipovolémico. La pérdida de sangre puede deberse a: Sangrado de las heridas, sangrado de otras lesiones, sangrado interno, como en el caso de una hemorragia del tracto gastrointestinal.
La cantidad de sangre circulante en el cuerpo puede disminuir cuando se pierde demasiada cantidad de otros líquidos corporales, lo cual puede suceder con: Quemaduras, diarrea, transpiración excesiva, vómitos
Los principales síntomas son: Ansiedad o agitación, piel fría y pegajosa, confusión, disminución o ausencia de gasto urinario, debilidad general, piel de color pálido (palidez), respiración rápida, sudoración, piel húmeda, pérdida del conocimiento.
Cuanto mayor y más rápida sea la pérdida de sangre, más graves serán los síntomas del choque.
Un examen muestra signos de choque, como: Presión arterial baja, temperatura corporal baja, pulso rápido, a menudo débil y filiforme.
Los exámenes que se pueden llevar a cabo son: Análisis bioquímico de la sangre, que incluye pruebas de la función renal, conteo sanguíneo completo (CSC), tomografía computarizada, ecografía o radiografía de las áreas bajo sospecha, ecocardiografía, endoscopia, cateterismo cardíaco derecho (Swan-Ganz), cateterismo urinario (sonda puesta dentro de la vejiga para medir la diuresis)
Si una persona cercana a usted padece los síntomas anteriores: Consiga ayuda médica de inmediato y mientras tanto siga estos pasos: Mantenga a la persona caliente y cómoda para evitar hipotermia, procure que la persona se acueste horizontalmente y que levante los pies unos 30 cm (12 pulgadas) para incrementar la circulación. Sin embargo, si ésta presenta alguna lesión en la cabeza, el cuello, la espalda o la pierna, no la cambie de posición, a menos que esté en peligro inmediato.
No le administre líquidos por vía oral. Si la persona sufre alguna reacción alérgica, trate dicha reacción si se sabe cómo hacerlo, si hay que trasladar a la persona, trate de mantenerla acostada, la cabeza hacia abajo y los pies elevados. Estabilice la cabeza y el cuello antes de mover a una persona con sospecha de lesión en la columna. El objetivo del tratamiento hospitalario es reponer los líquidos y la sangre.
Se coloca una vía intravenosa en el brazo de la persona para permitir la administración de sangre o hemoderivados. Medicamentos como dopamina, dobutamina, epinefrina y norepinefrina pueden ser necesarios para incrementar la presión arterial y la cantidad de sangre bombeada del corazón (gasto cardíaco).
Otros métodos que se pueden utilizar para manejar el choque y vigilar la respuesta al tratamiento pueden ser: Monitoreo cardíaco, incluyendo el cateterismo de Swan-Ganz, sonda vesical para recolectar y vigilar la cantidad de orina producida.
El choque hipovolémico siempre es una urgencia; sin embargo, los síntomas y desenlaces clínicos pueden variar dependiendo de: La cantidad de volumen de sangre/líquido perdido, la tasa de pérdida de sangre/líquido, la enfermedad o lesión causante de la pérdida, afecciones subyacentes que requieren medicación crónica, como diabetes, cardiopatía, neumopatía y nefropatía.
En general, los pacientes con grados de choque más leves tienden a tener un mejor pronóstico que aquellos con uno más grave. En los casos de choque hipovolémico grave, se puede producir la muerte aun con atención médica inmediata. Las personas de edad avanzada corren un riesgo mayor de tener pronósticos desalentadores a causa del choque.