En 1971 un psicologo social llamado Philip Zimbardo llevó a cabo en la Universidad de Stanford un estudio sobre el comportamiento humano simulando un encarcelamiento virtual en una prisión ficticia donde eran internados un número de estudiantes voluntarios que se prestaron a esa experiencia recibiendo un sueldo diario. El experimento es conocido como el «experimento Stanford»y del que existe una pelicula llamada «El experimento» que trata de recomponer el ambiente en que se desarrolló la experiencia y una web oficial del propio Zimbardo y de la universidad de Stanford, donde pueden ver escenas de la misma.
Los internos fueron divididos en dos grupos iguales, unos hacian de carceleros y otros de prisioneros. El propio Zimbardo era el director de esa prisión virtual, lo importante es recordar que todos los participantes sabian que estaban siendo sometidos a un experiemento psicológico y que podian abandonar la escena en cuanto quisieran, aunque perdiendo el sueldo por los dias de ausencia. El experimento duraría 2 semanas.
Lo que el investigador trataba de probar era si la maldad y el sadismo eran algo intrínseco a la naturaleza de cada cual o si bien se trataba de un subproducto del ambiente, en este caso del poder adquirido por el hecho de ser elegido carcelero. Es usual que ante situaciones como las recientemente vividas en Irak en la carcel de Abu Ghraib los ejércitos defiendan la hipótesis de una mala elección de los guardianes que se extralimitan en sus funciones y que torturan, sojuzgan o humillan a los presos.
El experimento Stanford demostró que con independencia de la elección de la muestra el carcelero tiende a abusar de su poder a pesar de saber que está siendo vigilado y observado y que la victima tiende a someterse evitando en todo momento el quedarse sin sus «premios o prebendas» que casi siempre se distribuyen de forma arbitraria a fin de conseguir un estado de indefensión en los prisioneros. El compañerismo, la dignidad y el gusto por la verdad se disuelven ante la posibilidad de perder una recompensa o arriesgarse al castigo: la delación, la cobardía, al colaboracionismo y el salvese quien pueda es la actitud pasiva y vergonzante que cabe esperar en las víctimas.
Zimbardo escribió el libro «El efecto Lucifer: cómo la gente buena se convierte en mala, sus conclusiones son inquietantes.
El experimento tuvo que ser suspendido por el sadismo de unos, excesivo e intolerable para la organización, la pasividad de otros, prisioneros que llegaron a perder el sentido de la realidad y a pedir una aministía olvidando que estaban allí voluntariamente. Su interés es doble no sólo por los hallazgos de tal experiencia sino porque hoy en dia este tipo de experimentos, en una situación controlada y experimental, serían impensables por sus implicaciones éticas. Las tres principales conclusiones fueron:
Una .- Las simulaciones son reales o evocan respuestas de la realidad.
Dos.- No entrar nunca en el lugar equivocado.
Tres: conservar en situaciones extremas la dignidad, la rebeldia y el gusto por la verdad, los valores de vida son la ultima defensa frente a la ignominia.