Las personas que son incapaces de reconocer las caras de otras, incluso de familiares cercanos como padres, pareja o hijos, sufren de prosopagnosia. Es una condición mental de cual se desconoce el origen, aunque en ocasiones su causa es una lesión cerebral, y para la que no hay tratamiento efectivo hasta hoy.
El procesamiento de caras y el reconocimiento de las más familiares implican actividad en muchas regiones del cerebro:
1. La corteza de asociación visual en el acto de la construcción del objeto percibido
2. Hipocampo y las regiones fronto-temporales en el proceso de comparación de lo que ha sido percibido con imágenes recordadas para activar sentimientos de familiaridad
3. Las regiones temporo-parietales en la memoria relacionada con personas
4. El hemisferio izquierdo en la activación de las estructuras lingüísticas que codifican la información para el acceso al nombre.
Lesiones en cualquiera de estas estructuras pueden dar lugar a alteraciones en los diferentes pasos del procesamiento cerebral de los rostros, dando lugar a la prosopagnosia. Los estudios de neuroimagen funcional permitirán, en un futuro próximo, la evaluación y el juicio de los avances en la comprensión del procesamiento cerebral de los rostros, así trastornos relacionados con dicho procesamiento.
Las personas que sufren de prosopagnosia, en ocasiones desarrollan la capacidad de reconocer a otras personas recurriendo a detalles como distinguir el tono de su voz, el olor, la forma de su cuerpo, etc… En el libro The Mind’s Eye, ( El ojo de la Mente) los autores Daniel Druckman y Robert A. Bjork nos enseñan como podemos utilizar técnicas especiales para mejorar el rendimiento de éstas personas en la vida cotidiana.