La procrastinación, es decir la tendencia de dejar las cosas para más tarde o para mañana, es una condición que el 95% de las personas refiere haber presentado en un momento dado.
La profesora de la Faculta de Psicología de la UNAM, María Martina Jurado, explica que podemos tener una responsabilidad y la vamos dejando siempre al último, eso es la procrastinación, no hacer lo que debemos hacer en el momento que lo debemos hacer.
La procrastinación es ligeramente más común en el género masculino con el 54% de los casos contra 46% en el femenino. Si bien se atribuyen muchas causas, el origen de la procrastinación está principalmente ligado al nivel de impulsividad de la persona. Las personas impulsivas tienen dificultad para soportar las penalidades a corto plazo a cambio de un beneficio a largo plazo y la ansiedad que esto les genera, hace que tiendan a posponer la tarea que deben realizar.
La Dra. Jurado explica que tenemos muchas presiones y a veces nuestra falta de organización no permite que seamos como muy analíticos sistemáticos en lo que tenemos que hacer y tenemos muchos distractores como en el ipod, el facebook, o el twitter.
La procrastinación no es sinónimo de pereza o inconciencia, el procrastinador está conciente de que posponer su tarea le va a generar problemas.
Es mucho más común procrastinar las metas a largo plazo puesto que las vemos como algo abstracto y las posponemos hasta que se vuelvan metas a corto plazo y empecemos a pensar en ellas de manera concreta. Si bien algunas personas tendrán la capacidad de sacar adelante la tarea en el último momento con una taza de café, muchas alcanzarán un resultado mediocre y otras, incluso correrán el riesgo de no lograr su objetivo.