Un estudio realizado por el Dr. Frank Lin, otólogo y epidemiólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Johns Hopkins, en Baltimore EUA, halló que los adultos mayores con dificultades del oído tenían problemas más precoces con las habilidades del pensamiento.
El estudio se estudiaron a 1,984 adultos de 70 a 89 años de edad que no mostraban señales de problemas con la memoria ni con el pensamiento al inicio del estudio. Pero la mayoría (un total de 1,162) sí mostraban cierta pérdida auditiva, durante los seis años siguientes, 609 hombres y mujeres desarrollaron nuevas señales de deterioro mental, según una prueba estándar de la memoria, la concentración y las habilidades de lenguaje. Y ese riesgo fue un 24% más elevado entre las personas que tenían problemas auditivos.
Los investigadores estiman que un adulto con problemas auditivos tardaría poco menos de ocho años, en promedio, en desarrollar el deterioro, frente a once años entre sus pares con un oído normal.
Hay motivos para creer que la pérdida auditiva puede contribuir directamente a los declives en la función cerebral, señala el Dr. Lin, uno es el hecho de que la pérdida auditiva puede provocar que los adultos mayores se aíslen de la sociedad. Cuando escuchar a los demás se hace más difícil, quizás se evite salir porque se siente separado de las personas que le rodean.
Esto es importante, pues estudios anteriores han relacionado ese aislamiento social con un mayor riesgo de demencia senil, otra posibilidad es que la pérdida auditiva obligue al cerebro a dedicar recursos adicionales al procesamiento de las señales «confusas» que recibe de los oídos.
Hay varias maneras de ayudar a manejar la pérdida auditiva, lo que incluye audífonos y dispositivos de asistencia como los amplificadores telefónicos.
Los médicos no exploran la pérdida auditiva en los adultos mayores de forma rutinaria, así que notar los síntomas depende de las personas. Algunas señales de advertencia incluyen tener problemas para oír cuando hay ruido de fondo o cuando habla más de una persona, problemas para escuchar por teléfono, y tener que pedir a las personas que repitan lo que dicen con mucha frecuencia.
Fuente: Hopkins School of Medicine