Las válvulas cardiacas son membranas resistentes ubicadas en los conductos de salida de las cuatro cavidades del corazón. Su función es permitir el paso de sangre de una cavidad a otra, sin que ésta regrese a la cámara anterior. Existen cuatro válvulas en el corazón: la tricúspide, que controla el flujo sanguíneo entre la aurícula derecha y el ventrículo derecho, la pulmonar, que regula el flujo sanguíneo del ventrículo derecho hacia las arterias pulmonares, la valvula mitral, que permite que la sangre que viene de los pulmones pase de la aurícula izquierda al ventrículo izquierdo y la válvula aórtica que regula el paso de sangre del ventrículo izquierdo a la arteria aorta, que a su vez lo enviará a todo el organismo.
El Dr. Juan Clavellina, Jefe de la Unidad Coronaria del Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI explica que las válvulas tienen una función mecánica e hidráulica y en México la principal causa de enfermedad valvular es la Fiebre Reumática, que se origina como una infeción de la garganta que se suele adquirir entre los 6 y los 15 años de edad y es ocasionada por la bacteria llamada estreptococo beta hemolítico del grupo A. Esta bacteria, explica el Dr. Calvellina, tiene una cobertura muy particular ,una protección en su estructura que es muy similar a las proteínas que envuelven o que protegen una estructura de las válvulas; son prácticamente idénticas. De tal manera que cuando uno tiene infección por esta bacteria nuestros anticuerpos detectan una similitud en las características en las válvulas y nuestros anticuerpos desarrollan un ataque contra las válvulas.
Las válvulas cardiacas que esta bacteria suele atacar son la mitral y la aórtica.Para confirmar el daño valcular es necesario realizar un estudio ecocardiográfico, que según explica el Dr. Clavellina dura de 10 a 15 minutos y permite visualizar si existe una insuficiencia en el funcionamiento de dichas válvulas, es decir si se abren y cierrad adecuadamente para permitir el paso de sangre y luego impedir que ésta regurgite a la cámara previa.
Una vez presente el daño valvular por fiebre reumática, el tratamiento es quirúrgico que implica que se cambie la válvula por un dispositivo que se llama prótesis. El Dr. Clavellina explica que existen dos tipos de prótesis: una biológica es decir de un derivada de vaca o puerco y otra que se elabora con un metal inoxidable y es muy duradera.
La fiebre reumática puede prevenirse mediante el tratamiento oportuno de las infecciones de garganta ocasionadas por estreptococo beta hemolítico del grupo A.
Además de la enfermedad valvular, la fiebre reumática se acompaña de otros signos y síntomas como artritis, nódulos debajo de la piel, movimientos espasmódicos llamados corea de Sydenham y erupciones cutáneas, entre otras.
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