Patrick Warren, Raymond Goldstein, Ball Robin y Joe Keller recogieron su distinción en una ceremonia de gala a sala llena en la Universidad de Harvard, en EUA.
Los Ig Nóbel son considerados los premios Nóbel alternativos y son, de hecho, otorgados por auténticos premios Nóbel.
Pretenden ser una especie de parodia de los más sobrios Nóbel de ciencias. Otros ganadores de este año fueron un equipo que estudió cómo los chimpancés pueden reconocerse unos a otros por su trasero y por qué el café se derrama de una taza en movimiento.
Sin embargo, pese a que algunas de estas investigaciones pueden sonar tontas, gran parte de ellas están destinadas a hacer frente a problemas del mundo real y se publican en revistas académicas.
El Dr. Warren, quien es investigador de la empresa Unilever en el Reino Unido, comento que estaba encantado de recoger su Ig. «Estoy sorprendido de que un trabajo mío haya atraído tanta atención, mi campo, la física estadística, no es algo de lo que muchos hayan oído hablar”, relató.
Warren y sus compañeros crearon lo que se conoce como la Ecuación de la forma de la cola de caballo, que considera la rigidez de las fibras del pelo en la cabeza, los efectos de la gravedad y la presencia del rizado o de la ondulación, omnipresentes en el cabello humano, para modelar el comportamiento probable de una una cola de caballo.
Junto con una nueva propiedad que el equipo llama número Rapunzel, la ecuación se puede usar para predecir la forma del pelo cuando se ata detrás de la cabeza. En la empresa Unilever, como se pueden imaginar, hay mucho interés pues se venden una gran cantidad de productos de cuidado del cabello. Pero hay una aplicación más amplia donde se tiene una gran cantidad de fibras que se unen, como en las telas.
La ceremonia fue la 22ª entrega de los Ig Nobel, desde que la revista científica y humorística estadounidense Annals of Improbable Research (Anales de Investigación Improbable), inició el evento.
Los ganadores tienen un minuto para dar su discurso. Si se pasan del tiempo asignado, la tradición indica que una niña grite “aburrido”. Y otra costumbre es que todos en la sala lanzan aviones de papel.
Esta es la lista completa de ganadores:
Psicología: Anita Eerland y Rolf Zwaan (Holanda) y Tulio Guadalupe (Perú/Rusia/Holanda), por su estudio “Inclinarse hacia la izquierda hace que la Torre Eiffel parezca más pequeña”.
Paz: La Compañía SKN (Rusia), por convertir antiguas municiones rusas en diamantes.
Acústica: Kazutaka Kurihara y Tsukada Koji (Japón), por la “SpeechJammer”, una máquina que disturba el discurso de una persona al hacer oír sus propias palabras con un ligerísimo retraso.
Neurociencia: Craig Bennett, Abigail Baird, Michael Miller y George Wolford (EUA.), por demostrar que los investigadores del cerebro, mediante el uso de instrumentos complicados y estadísticas simples, pueden ver actividad cerebral significativa en cualquier lugar, incluso en un salmón muerto.
Química: Johan Pettersson (Suecia/Ruanda), por resolver el enigma de por qué, en ciertas casas en la ciudad de Anderslöv, Suecia, el pelo de la gente se puso verde.
Literatura: La Oficina General de Rendición de Cuentas del gobierno de EUA, por un informe acerca de los informes sobre los informes que recomienda la preparación de un informe sobre el informe acerca de los informes sobre los informes. (No, llamativamente, no hay un error en la redacción).
Física: Joseph Keller (EUA), Raymond Goldstein (EUA/Reino Unido), Warren Patrick y Robin Ball (Reino Unido), por el cálculo de la correlación de fuerzas que dan forma y mueven el pelo recogido en una cola de caballo humano.
Dinámica de fluidos: Rouslan Krechetnikov (EUA/Rusia/Canadá) y Hans Mayer (EUA.), por estudiar la dinámica de los líquidos para aprender qué sucede cuando una persona camina con una taza de café en la mano.
Anatomía: Frans de Waal (Holanda/EUA.) y Jennifer Pokorny (EUA), por descubrir que los chimpancés pueden identificar a otros chimpancés de forma individual mediante fotografías de sus traseros.
Medicina: Emmanuel Ben Soussan y Antonietti Michel (Francia), por asesorar a los médicos que realizan colonoscopias sobre cómo minimizar la posibilidad de que sus pacientes exploten.