Los miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) acordaron posponer por tres años más la fecha para la destrucción de las reservas del virus de la viruela, decisión que se ha venido retrasando desde hace 25 años.
En el marco de la Asamblea Mundial de la Salud, tras acalorados debates, los países miembros no pudieron llegar a una decisión final sobre la destrucción de los virus almacenados en laboratorios de Estados Unidos y Rusia.
La buena noticia es que se ha logrado un consenso al reafirmar la decisión de que el virus debe ser destruido, comentó Pierre Formenty, quien es el jefe del área de Patógenos Emergentes y Peligrosos de la OMS.
Se tomó la decisión de que la discusión sobre la fijación de una fecha tendrá lugar en la Asamblea Mundial de la Salud dentro de tres años, decisión que ya fue acordada en 1986.
El debate radica en que países como Rusia y Estados Unidos quieren conservar las muestras que guardan en sus laboratorios; otros países, como Irán, Tailandia o Zimbabue reclaman una destrucción total de las muestras.
La viruela es una enfermedad altamente contagiosa con una tasa de mortalidad del 30 %, la cual pudo ser erradicada en 1980 gracias a una intensa campaña mundial de vacunación.
Pierre Formenty subrayó que las antiguas vacunas que permitieron la erradicación de la viruela ya no se podrían utilizar, pues se ha demostrado que tienen efectos secundarios peligrosos, personas con VIH no podrían ser vacunadas.
Señaló que se necesita una nueva vacuna, y las que se están desarrollando han pasado todas las pruebas excepto la de experimentar en animales vivos, algo que actualmente no satisface las directivas en materia de fabricación.
Ante este panorama en las discusiones Rusia y Estados Unidos presionaron para posponer la decisión y conservar las cepas otros cinco años antes de decidir su destrucción definitiva.
Tanto Rusia como Estados Unidos sostienen que es necesario redoblar la prudencia sobre una cuestión que concierne a la seguridad de toda la humanidad, haciendo referencia a su posible utilización como “arma biológica con fines terroristas”.
Para algunas organizaciones no gubernamentales, la viruela es una cuestión de seguridad nacional para Estados Unidos pues sospechan que Washington duda que Moscú no destruya sus reservas y las conserve en un lugar secreto.