Habitualmente cuando se piensa en nutrición, las ideas que vienen a la cabeza tienen que ver con la alimentación. Sin embargo, el concepto de nutrición es mucho más amplio y comprende, entre otras cuestiones, a la hidratación o ingesta de líquidos.
Los lineamientos conocidos establecen la necesidad de consumir más o menos dos litros de agua por día, ésto, sin dudas, genera la necesidad de ser más precisos, comenta el Nutriólogo Sergio Britos.
Actualmente, el perfil prevalente en la población se caracteriza por el avance significativo del sobrepeso y la obesidad, condiciones que afectan al 53,4 % de los adultos, la persistencia de deficiencias de nutrientes (hierro, calcio, vitamina A y C, fibra, ácidos grasos omega 3) y el exceso en la ingesta de energía y nutrientes críticos (grasas saturadas, sodio y azúcares).
Frente a este panorama, el agua se considera un nutriente esencial para la vida, ya que en términos de volumen, es el de mayor requerimiento. Para cubrir la ingesta de líquidos, es necesario establecer recomendaciones claras sobre el consumo de las diferentes opciones de bebidas disponibles, sobre el consumo de agua en preparaciones (sopas, caldos, tes), y sobre la importancia de aumentar el consumo de agua de fuentes alimentarias principales (leche, verduras y frutas).
El estudio HidratAR realizado por el Centro de Estudios Sobre Nutrición Infantil en 2010 concluyó que en la población, el promedio de ingesta de líquidos es de 2 litros, pero que la mitad de la ingesta se realiza mediante bebidas e tes azucarados; mientras que sólo el 21 % proviene de agua pura.
Otras investigaciones permiten concluir que las bebidas azucaradas aportan en promedio un 7 % de la ingesta energética diaria. Al sumar el azúcar utilizado en tes, ese valor asciende a 14 %. Por lo que, las calorías dispensables (de baja calidad nutricional) de la dieta promedio de la población representan algo más del doble de lo recomendado y los azúcares aportan casi el 60 % de las calorías dispensables.
Uno de los desafíos de las políticas alimentarias es la promoción de la disminución de calorías en la alimentación, lo que requiere un menor consumo de azúcares en sus dos formas de uso más frecuente: como endulzante y de refrescos embotellados.
-La recomendación de ingesta diaria total de agua como bebida es entre 2 y 2,5 litros
– La mejor fuente es el agua potable y sin saborizantes
-La ingesta de azúcares no debe superar el 10 % de la ingesta energética diaria. En términos de bebidas azucaradas, se recomienda un máximo de 250 ml diarios.
-Es recomendable disminuir en forma progresiva la ingesta de bebidas azucaradas
– Es preferible el consumo de la fruta entera en lugar de jugos exprimidos o licuados, cuyo consumo es conveniente moderar, dado su elevado aporte calórico.
-Existe alguna evidencia que relaciona la exposición temprana y reiterada a refrescos embotellados con las preferencias a largo plazo por el sabor dulce, lo cual puede tener relación con una mayor ingesta de alimentos de alta densidad calórica. La ingesta de bebidas dulces sin calorías debe ser moderada, no mayor a 500 ml diarios.
-El consumo de agua bajo la forma de sopas y caldos es una fuente elevada de sodio en la dieta.
Cuando el cuerpo recibe el agua que necesita para funcionar de forma optima, el organismo encuentra un buen equilibrio.