Un grupo de investigadores encabezados por el Dr. Bradley Buchsbaum comprobó que tanto las vivencias reales como su recuerdo son muy parecidos a nivel neuronal. Su invetigación da respuesta a por qué algunos recuerdos son tan intensos como la experiencia real.
En qué consistió el estudio
El estudio confirma que la memoria compleja y multisensorial implica una reactivación parcial de toda la actividad cerebral que tiene lugar durante la percepción inicial de la experiencia. El Dr. Buchsbaum, esto ayuda a explicar por qué algunos recuerdos son tan intensos que parecen reales.
Precisamente porque la experiencia real y su recuerdo no siguen patrones cerebrales exactos, afirma el estudio publicado en la revista Journal of Cognitive Neuroscience, las personas son capaces de distinguir entre la realidad y la memoria.
Para poner a prueba su hipótesis, el equipo del Dr. Buchsbaum estudió, mediante Imágenes por Resonancia Magnética funcional, el cerebro de 20 individuos sanos. A cada sujeto se le pusieron 12 clips de vídeo de nueve segundos, repetidos 27 veces, y se les pidió que les prestasen mucha atención porque después se les consultaría sobre ellos. Posteriormente a la mitad de ellos se les sometió a un entrenamiento de varias semanas. En dicho entrenamiento tenían que recordar los vídeos que habían visto. La idea era que fueran capaces de recordarlos con mucha intensidad.
Resultados del estudio
Los investigadores encontraron evidencias nítidas de que los patrones de activación cerebral durante los recuerdos intensos imitaban a los que aparecían durante la visualización de los vídeos. La coincidencia alcanzó el 91% en general, y fue especialmente alta en las regiones cerebrales asociadas a las funciones sensoriales y motoras.
Cuando recordamos algo intensamente, el cerebro se activa de manera especial. Estos patrones de activación son únicos. Sorprendentemente, se asemejan a los que experimentamos al ver vídeos.
Esta similitud alcanza hasta un 91%. Es notablemente alta en áreas cerebrales específicas. Estas regiones están vinculadas a funciones sensoriales y motoras.
Esto sugiere que nuestro cerebro procesa recuerdos vividos como si fueran experiencias reales. Al recordar, revivimos los momentos, no solo los recordamos. Esto implica una inmersión sensorial y motora completa.
Esta comprensión de por qué algunos recuerdos son tan intensos como la experiencia real, abre puertas a nuevas investigaciones. Podría impactar cómo entendemos la memoria y el aprendizaje. Además, podría influir en terapias para trastornos relacionados con la memoria.
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