Una variación estructural común en el cerebro puede explicar por qué algunas personas son más capaces que otras de recordar los detalles de eventos pasados y de distinguir entre eventos reales de aquellos que les contaron o que podrían haberse imaginado, informan científicos de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, encabezados por el Dr. Jon Simons, del departamento de psicología experimental y del Instituto de Neurociencias Conductuales y Clínicas.
El estudio incluyó a 53 adultos sanos que se sometieron a una resonancia magnética del cerebro y tomaron pruebas de memoria. Los participantes que carecían de un pliegue en la parte frontal del cerebro, llamado surco paracingular (SPC) fueron mucho menos precisos en las pruebas de memoria que los que tenían un SPC prominente en por lo menos un lado del cerebro.
El surco paracingular es uno de los últimos pliegues estructurales del cerebro que se desarrollan antes del nacimiento, y por eso hay grandes variaciones en su tamaño, comentan los investigadores. Las variaciones del surco paracingular ocurren en alrededor de la mitad de la población normal.
El estudio aparece en la revista Journal of Neuroscience.
Todos los participantes eran voluntarios adultos sanos con una educación convencional y sin antecedentes de dificultades cognitivas. Las diferencias en la memoria fueron bastante sorprendentes. Es emocionante pensar que estas diferencias individuales en la capacidad puedan tener como base una sencilla variación en un pliegue cerebral, comenta el Dr. Simons.
Este hallazgo puede decirnos algo sobre la esquizofrenia, ya que con frecuencia los pacientes reportan alucinaciones y escuchan voces cuando no hay alguien cerca. La dificultad para distinguir entre la información real y la imaginaria puede ser una explicación de dichas alucinaciones. Por ejemplo, la persona podría imaginarse la voz y considerarla equivocadamente como real. Varios estudios previos sobre la esquizofrenia han reportado reducciones en el surco paracingular, y los resultados son coherentes con la idea de que esa variabilidad estructural influye sobre la capacidad funcional de las áreas cerebrales circundantes y las capacidades cognitivas que respaldan.