Las «pedicuras de peces» en los balnearios de salud (SPA) pueden exponer a los clientes a una variedad de patógenos e infecciones bacterianas, advierte un equipo de científicos dirigidos por el Dr. David W. Verner-Jeffreys del Centro de Ciencias del Ambiente, Pesquerías y Acuacultura (CEFAS) en Weymouth, Gran Bretaña.
La práctica de exponer los pies a peces de agua dulce vivos que se comen la piel muerta o dañada, sobre todo por motivos cosméticos, ha sido prohibida en muchos estados de EUA, pero aparentemente es una moda muy popular en la Gran Bretaña.
Los investigadores británicos enviaron una carta de advertencia publicada en Emerging Infectious Diseases, una revista de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Oficialmente conocido como «ictioterapia», el procedimiento por lo general involucra la importación de los llamados «peces médicos», una especie euroasiática conocida como Garra rufa.
Los peces se colocan en una tina de spa, el pie (o incluso todo el cuerpo) se sumerge, y el festín náutico de piel muerta o sobrante comienza.
Los peces pueden ser huespedes de una amplia variedad de organismos y enfermedades, algunas de las cuales pueden provocar infecciones invasivas de los tejidos blandos en los humanos expuestos, y muchas son resistentes a los antibióticos.
En la carta, el Dr. David W. Verner-Jeffreys hizo referencia a una encuesta de 2011 que sugiere que actualmente en el Reino Unido hay más de 297 «balnearios de peces», y un estimado de 15,000 a 20,000 peces entran en el país cada semana, provenientes de países euroasiáticos.
En abril de 2011, 6,000 peces importados de Indonesia para balnearios de peces de Reino Unido fueron afectados por un brote de enfermedad que provocaba hemorragia de las branquias, boca y abdomen, resultando en la muerte de casi todos los especímenes, también descubrieron señales de infección bacteriana (provocada por un patógeno que llaman «S. agalactiae») en hígados, riñones y bazos de los peces.
Sólo hay un número limitado de informes de pacientes que pueden haber resultado infectados mediante esa ruta de exposición. Sin embargo, el estudio plantea algunas inquietudes sobre el grado en que estos peces, o el agua en que se transportan, pueden contener patógenos zoonóticos con capacidad de ocasionar enfermedad de relevancia clínica.
Fuente: New York University Medical Center