La reciente Encuesta Nacional de Salud Infantil del Hospital C.S. Mott de Niños, de la Universidad de Michigan en EUA, encontró que pocos padres y madres, sólo el 10 % cree que sus hijos e hijas de 13 a 17 años de edad han consumido alcohol en el último año, y menos aún, el 5 % son los que creen que sus propios adolescentes han usado marihuana en el último año.
Estos niveles están muy por debajo de lo que los adolescentes informan en el último estudio Observando el futuro (Monitoring the Future), en el cual el 52 % de los alumnos de décimo grado ya habían consumido alcohol en el último año y el 28 % mencionó que había usado marihuana en el último año.
Hay un desajuste entre lo que informan las familias acerca del posible uso de sustancias por parte de sus hijos y lo que los adolescentes informan, resalta el Dr. Bernard Biermann, profesor del Departamento de Psiquiatría y director médico de la Unidad de Pacientes Niños y Adolescentes Internos en la Universidad de Michigan en EUA.
El desajuste en las percepciones indica una necesidad de toma de conciencia y comunicación acerca del uso de sustancias por parte de los adolescentes.
La toma de conciencia sirve para empezar una buena comunicación, ya que si las familias reconocen la posibilidad y, de hecho la probabilidad, de que su hijo pueda haber experimentado o usado alcohol o marihuana, pueden comenzar a hablar con ellos sobre el asunto, y pueden darles orientación y permitir que sus chicos hagan preguntas.
En la encuesta el Dr. Biermann y otros investigadores encontraron que las familias de adolescentes tienden a creer que al menos el 40 % de los alumnos de décimo grado han usado marihuana en el último año y que el 60 % de esos jóvenes ha bebido alcohol en el mismo período. En otras palabras los padres y las madres son mucho más propensos a esperar el uso de marihuana y alcohol por parte de otros adolescentes que por parte de sus propios hijos.
Los resultados de esta encuesta indican el valor potencial de las campañas de educación del público acerca del uso de sustancias por parte de los adolescentes, y de comunicarse con los adolescentes, las familias y otros adultos para promover una conversación más clara y el intercambio de información.
El Dr. Biermann sugiere:
– Hable con su adolescente acerca del uso de sustancias de una manera que no resulte amenazante.
– Observe cuidadosamente a los adolescentes cuando retornan a casa y busque indicios de uso de sustancias.
– Procure no reaccionar de manera exagerada ante una sola instancia de uso de sustancias, en cambio aproveche la oportunidad para hablar con su adolescente de manera no condenatoria y pongase a su disposición como un recurso para resistir la presión de otros adolescentes.
– Hable con los amigos y amigas de su adolescente y con otras familias. A veces otras personas pueden compartir información que su hijo no le comunica.
