La predisposición genética, además de factores potencialmente modificables como la obesidad, el sedentarismo y hasta el aguantar demasiado tiempo las ganas de orinar, pueden llevar a la persona en especial a las mujeres, a desarrollar insuficiencia venosa. El angiólogo Carlos Rubén Ramos López del Instituto Mexicano del Seguro Social, explicó que la herencia y los factores externos influyen en el desarrollo de las várices, caracterizada por la pérdida en la capacidad funcional de las venas, dificultando el paso de la sangre por ellas ya que tienen una válvula para control del flujo sanguíneo.
Cuando por alguna de las razones ya señaladas no se cierra completamente, la sangre se estanca causando una presión continua que va debilitándolas e incluso puede causar su ruptura.
En México, el índice de personas con úlcera venosa por várices primarias es de 60% mientras que el 40% restante padece la afectación en su forma secundaria, esto es, subsecuente a una trombosis no tratada, en apenas un 5%, la insuficiencia venosa es por problemas congénitos en la pared interna de estas estructuras.
Si bien las piernas son las más afectadas, la insuficiencia venosa puede aparecer también en los brazos y en estructuras internas del cuerpo como el esófago (várices esofágicas) y el ano (hemorroides), aunque en estos dos últimos es el especialista en gastroenterología y proctología, quien debe atenderlas.
Es un problema que se circunscribe a la población adulta, en especial a las mujeres por tener menos masa muscular en comparación con los hombres, con un rango de afectación muy amplio, que abarca de los 20 a los 60 años.
La insuficiencia venosa es mucho más marcada en población de las zonas urbanas debido a que se mueven menos, tienen la facilidad de transportarse en vehículos motorizados y esto los hace más sedentarios que en áreas rurales donde la gente camina más.
En cuanto al tratamiento, se inicia con educación para la salud, estrategia a través de la cual se le detalla al paciente su enfermedad y se le dan indicaciones generales sobre los cuidados generales de la misma, comenzando por erradicar el factor que esté condicionando el aumento en la presión sanguínea.