La hormona Somatotropina, se secreta debajo del cerebro en la región llamada hipófisis anterior o Adenohipófisis.
La presencia de demasiada hormona del crecimiento puede causar patrones de crecimiento anormales, como acromegalia en adultos y gigantismo en niños.
La presencia de muy poca hormona del crecimiento puede provocar tasa invariable o lenta de crecimiento en niños y cambios en la masa muscular, los niveles de colesterol y la resistencia ósea en los adultos. La hormona del crecimiento es sintetizada y secretada por la adenohipófisis de manera pulsativa durante todo el día; con oleadas de secreción en intervalos de 3 a 5 horas.
Un estudio reciente dirigido por el Dr. Mario Mellado de la Universidad Complutense de Madrid, en España, encontró que la utilización de la hormona del crecimiento puede retrasar el desarrollo de diabetes tipo 1, favorece la proliferación de los islotes pancreáticos, protege su integridad y tiene efectos sobre el sistema inmunológico, favoreciendo la presencia de macrófagos antiinflamatorios y, entre otras cosas, mantener la actividad de la población de linfocitos T encargada de reducir la respuesta inmune (células T reguladoras). El estudio se realizo en un modelo murino, y los resultados son bastante prometedores.
El estudio resalta la importancia del control endocrino del las funciones asociadas al sistema inmunológico y sugiere que las terapias basadas en análogos de la hormona de crecimiento pueden ser útiles en el tratamiento de la diabetes tipo 1.
Los resultados del estudio se publicaron en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.