Muchos médicos, denominan a la osteoporosis de una manera muy particular: la «epidemia silenciosa». Y lo explican por qué es una afección que, en muchos casos, no produce síntomas fácilmente reconocibles, aunque sí afecta, y mucho, a la calidad y a las expectativas de vida.
Además, toca a un importante porcentaje de la población, y se centra especialmente en el género femenino ya que en la mayor parte de los casos se desatan tras la menopausia qué cambia el balance hormonal de las mujeres.
Los expertos la definen como una enfermedad crónica debilitante en la cual los huesos se vuelven porosos y se fracturan con facilidad.
Y si bien es complejo evaluar el impacto de la osteoporosis, los expertos comentan que la osteoporosis afecta a una gran parte de la población mundial mayor de 50 años.
Para contrarrestar el avance y las consecuencias de esta afección hay diversos tratamientos efectivos pero para muchas mujeres afectadas no son fáciles de cumplir en el mediano y largo plazo (requieren tomar diversas partillas, en forma cotidiana, a veces en ayunas, etc). Además, como todo procedimiento médico puede tener algunas consecuencias y efectos secundarios no deseados.
Lo interesante es que acaba de llegar al mercado una nueva opción terapéutica, un medicamento biológico, que aporta muchos de los beneficios de los antiguos tratamiento, y tiene pocas contraindicaciones.
A lo largo del transcurso de la vida, los huesos se remodelan en forma permanente. Y el máximo pico óseo (cuando logramos nuestro máximo capital de «huesos), se presenta aproximadamente a los 25 años de edad, explica la Dra Zulema Man, endocrinóloga y directora del Posgrado de Osteología de la Universidad Favaloro en Argentina, en un adulto tiene riesgos importantes y puede afectar severamente la calidad de vida.
Las estadísticas indican que el 20% de los pacientes que sufren una fractura de cadera muere al cabo de un año, quienes sufren fracturas de cadera, de antebrazo, o de alguna vértebra debido a la osteoporosis, tienen asegurada una disminución en su calidad y expectativa de vida,.
Desde hace ya muchos años los médicos puedan tratar a sus pacientes con osteoporosis recurriendo a medicamentos conocidos como bifosfonatos, pero la experiencia indica que tras un año, hasta el 60 % de los pacientes abandona su tratamiento. Y vale la pena mencionar que, los bifosfonatos deben ser tomados, por un período de entre 3 y 5 años, tras lo cual hay que evaluar si es necesario seguir o sí pueden ser discontinuados, al menos por un tiempo.
Tras una serie de largos estudios realizados en un grupo de 8000 personas, a lo largo de 7 años, se comprobó que una molécula, técnicamente un anticuerpo monoclonal, denominado denosumab logra resultados importantes como mecanismo regulador de los osteoclastos (las células que se encargan de degradar el hueso).
Según las conclusiones de los investigadores, al administrarse cada seis meses, como una simple inyección subcutánea, el medicamento ayuda a detener el proceso que causa la pérdida ósea, y genera una mayor densidad ósea, huesos más fuertes, y una disminución del riesgo de fracturas en la columna vertebral, cadera y otros sitios no vertebrales, este medicamento está probando, que es una opción segura, efectiva y por su forma de administración facilita que la gente pueda estar adherida al tratamiento el tiempo necesario.
Por supuesto, la prevención de la osteoporosis, además de las opciones terapéuticas, se indica lo siguiente: seguir una dieta adecuada, con abundantes lácteos y vitamina D. Además de realizar ejercicio físico en forma continua, beber alcohol con moderación y no fumar.