El Cáncer de próstata es el tumor maligno más común en los hombres, sin embargo no representa la principal causa de muerte en los varones.
El Dr. Nicholas J. Vogelzang, Oncólogo Médico del Nevada Cancer Institute comenta que si se hace una biopsia todos los hombres mayores de 60 años, sin importar los resultados de su estudio de antígeno prostático específico o de su tacto rectal, nos damos cuenta que un 60% tienen pequeñas inclusiones de cáncer de próstata, pero solo un uno por ciento muere de cáncer de próstata.
Hoy en día se recomienda el estudio del antígeno prostático específico a todos los hombres a partir de los 40 años de edad para detectar oportunamente el cáncer de próstata, pero ¿es en realidad necesario y representa alguna utilidad? El Dr. Ian M. Thompson, Uro-oncólogo de la Universidad de Texas explica que la probabilidad de que un hombre de 40 a 50 años se beneficie de un examen de antígeno prostático específico es muy baja y dice textualmente “¿Recomendamos aplicar el examen de antígeno prostático específico en masa? definitivamente no”.
La conclusión a la que los investigadores han llegado es que la mayoría de los cánceres de próstata no son letales y para diferenciar un cáncer agresivo de uno no agresivo deben emplearse las pruebas moleculares como el T2ERG. El Dr. Thompson explica que se trata de una proteína de fusión que se encuentra con mayor frecuencia en el cáncer agresivo y se encuentra en la orina.
Otro estudio es el llamado PCA3, que también se realiza en la orina del paciente y se relaciona con la agresividad del cáncer prostático. Recibir el diagnóstico de cáncer suele ser devastador para una persona, pero peor aún es padecer los efectos colaterales de un tratamiento para cáncer de próstata que hubiera podido evitarse cuando se trata de un tumor maligno poco agresivo. El Dr. Thompson refiere que entre los principales efectos secundarios del tratamiento del cáncer de próstata se encuentra la disfunción eréctil. De ahí la relevancia de establecer un diagnóstico preciso que permita evaluar la necesidad real del tratamiento del cáncer de próstata de acuerdo con su nivel de agresividad y no tratar a todos los pacientes de manera indiscriminada cuando posiblemente no lo requieran.