Los niños obesos tienen papilas gustativas menos sensibles que los niños con peso normal.
Un reciente estudio revela esta capacidad disminuida de distinguir entre cinco tipos de sabor (amargo, dulce, salado, ácido y umami) podría llevarles a comer cantidades más grandes de comida para obtener la misma sensación gustativa que los niños con peso normal, sugirieron investigadores alemanes.
El estudio, que aparece en la revista Archives of Disease in Childhood, incluyó a 99 niños obesos y a 94 niños con peso normal de 6 a 18 años. Todos tenían una buena salud y no tomaban fármacos que afectaran el gusto o el olfato. La sensibilidad gustativa de los niños se evaluó colocando 22 tiras de sabor en la lengua. Las tiras incluían los cinco tipos de sabor en cuatro niveles de intensidad, más dos tiras sin sabor.
En general, los niños pudieron identificar mejor los sabores dulces y salados. Les fue más difícil distinguir entre salado y ácido, y entre salado y umami. Las chicas y los niños mayores identificaron mejor los sabores.
Los niños obesos tenían significativamente más dificultad en identificar los distintos sabores y la intensidad de los sabores que los niños con peso normal, destacó la Dra. Susanna Wiegand, del departamento de endocrinología y diabetología pediátricas de la Universidad de Medicina Charité, en Berlín.
Se cree que los genes, las hormonas y la exposición a distintos sabores a principios de la vida tienen que ver con las diferencias de las personas respecto a las percepciones de los sabores. Investigadores anteriores sugieren que las personas con una mayor sensibilidad al sabor podrían ingerir menos comida porque no necesitan tanta para obtener la misma sensación gustativa.
Aunque el estudio encontró una asociación entre la obesidad y una disminución de la sensibilidad de las papilas gustativas, no demostró causalidad.