La neumonía es una infección de uno o de ambos pulmones, puede ser de tipo bacteriana, viral o por hongos. Los pulmones se ven gravemente inflamados y se produce dificultad para respirar y dolor. Otro tipo, es la neumonía por aspiración, que puede ocurrir cuando una sustancia u objeto extraños se introducen en los pulmones, como alimentos o líquidos.
Los síntomas de la neumonía incluyen:
• Dificultad para respirar
• Escalofríos
• Fiebre y sudoración
• Dolor en el pecho
• Tos con flema o seca
• Mayor producción de mucosidad
La neumonía puede tener diversas causas, entre las más frecuentes se encuentran bacterias, virus, hongos y agentes químicos.
Las neumonías bacterianas: pueden atacar a cualquier persona, de cualquier edad, principalmente a bebés, personas de la tercera edad, alcohólicos, y personas con algún tipo de inmunosupresión. La neumonía por estreptococo es una de las neumonías bacterianas más comunes.
Las neumonías virales: se cree que la mitad de las neumonías están causadas por virus. Más y más virus están siendo identificados como los causantes de las infecciones respiratorias, y si bien la mayoría de ellos atacan las vías respiratorias superiores, algunos producen neumonía, especialmente en los niños. La mayoría de estas neumonías no son graves y duran poco tiempo. Hay que recordar que sobretodo en época de frío, una gripe mal cuidada puede complicarse con una neumonía.
Otros tipos de neumonía: La neumonía por Pneumocystis carinii (PCP) está causada por un organismo que se ha sugerido que podría ser un hongo. La PCP es la primera señal de enfermedad en muchas personas con SIDA y un 80 por ciento de los enfermos de SIDA (cuatro de cada cinco) la contraen tarde o temprano.
Otras neumonías menos comunes pueden ser bastante graves y están ocurriendo con mayor frecuencia. Varias neumonías especiales están causadas por la aspiración de alimentos, líquidos, gases o polvo, y por hongos. Los cuerpos extraños o las obstrucciones de los bronquios, como un tumor, pueden ayudar a que el paciente contraiga neumonía, si bien no son causas de neumonía.
El diagnóstico de neumonía, se realiza con una valoración clínica exhaustiva del paciente, y se confirma con algunos estudios como:
– Una radiografía de tórax: es un examen que utiliza rayos de energía electromagnética invisible para producir imágenes de los tejidos internos, los huesos y los órganos en una placa radiográfica.
– análisis de sangre: para determinar la evidencia de una infección; gasometría arterial para analizar la cantidad de dióxido de carbono y oxígeno presentes en la sangre.
– cultivo de esputo: se realiza tomando como muestra las flemas expulsadas desde los pulmones hacia la boca. El cultivo de esputo suele realizarse para determinar la presencia de una infección.
– oximetría de pulso: es una pequeña máquina que mide la cantidad de oxígeno en la sangre. Para realizar dicha medición, se pega un pequeño sensor en un dedo de la mano o del pie.
La neumonía es un padecimiento que se considera grave, de acuerdo con el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, del 15 al 25% de los pacientes con neumonía fallecen, principalmente debido a un diagnóstico tardío.
Algunas complicaciones que pueden presentarse en el transcurso de la enfermedad son:
– Infecciones metastásicas: cuando la infección invade otros órganos como : meningitis, endocarditis, pericarditis, peritonitis.
– Derrame pleural paraneumónico: simple o complicado
– Insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca, infarto agudo miocárdico, tromboembolismo pulmonar, infarto pulmonar
– Sepsis
– Síndrome de falla respiratoria del adulto
– Falla orgánica múltiple.
Las posibilidades de sobrevivir a una neumonía son mayores si el paciente es joven, recibe un dianóstico oportuno y si su sistema inmunológico no se encuentra comprometido por otras enfermedades.
En los jóvenes y en las personas sanas el tratamiento oportuno, con antibióticos puede curar las neumonías bacterianasTodavía no hay ningún tratamiento efectivo para las neumonías virales, que generalmente se curan solas.
Los fármacos utilizados para el tratamiento de las neumonías dependen del agente causal.
Además de los antibióticos, es necesaria una buena alimentación, y principalmente el suministro de oxígeno, para aumentar su presencia en la sangre.
En algunos casos será necesario, el ingreso a un servicio hospitalario y la recuperación puede tardar de 15 días a un mes.
La prevención de la neumonía incluye:
Lávese las manos frecuentemente, en especial después de:
Sonarse la nariz
Ir al baño
Cambiar pañales
Igualmente lávese las manos antes de comer o preparar alimentos.
No fume, ya que el tabaco daña la capacidad del pulmón para detener la infección.
Las vacunas pueden ayudar a prevenir la neumonía en los niños, los ancianos y personas con diabetes, asma, enfisema, VIH, cáncer u otras afecciones crónicas.
Una droga llamada Synagis (palivizumab) se le administra a algunos niños menores de 24 meses para prevenir neumonía causada por el virus sincicial respiratorio.
Vacuna antigripal que previene la neumonía y otros problemas causados por el virus de la influenza. Se debe administrar anualmente para proteger a la persona contra nuevas cepas virales.
Vacuna Hib que previene la neumonía en niños a causa del Haemophilus influenzae tipo b.
Vacuna antineumocócica (Pneumovax, Prevnar) reduce las probabilidades de contraer neumonía a causa del Streptococcus pneumoniae.