La violencia sexual contra las mujeres es un problema social y de salud presente a nivel global.
Un estudio que implicó la revisión de artículos sobre violencia sexual en 56 países, publicado por la revista The Lancet, revela que por lo menos 1 de cada 14 mujeres en el mundo ha sido víctima de violencia sexual.
Si bien existe cada vez más investigación en torno a la violencia sexual sufrida dentro de la pareja, principalmente en forma de agresión psicológica y control, las agresiones sexuales por parte de hombres diferentes a la pareja siguen siendo un problema social y de salud mundialmente reconocido.
De acuerdo con los datos epidemiológicos disponibles, el estudio, fondeado por la Organización Mundial de la Salud, reportó que 7.2% de las mujeres mayores de 15 años de edad reportaron haber sido víctimas de violencia sexual por un hombre que no es su pareja. Esta cifra alcanzó al 15% en algunas regiones que contaban con el mayor número de estadísticas.
El mayor índice de violencia sexual contra mujeres se encontró en Africa Subsahariana con un 21% de mujeres mayores de 15 años que sufrieron abuso. La región con menor índice con abuso sexual fue el Sur de Asia con 3.3%.
El estudio encontró que existe un subdiagnóstico de la violencia sexual contra las mujeres, de ahí que sea difícil establecer cifras reales en numerosos países tanto de Africa como de America Latina.
La violencia sexual es altamente estigmatizada. El temor y la vergüenza, así como la falta de apoyo por parte de la familia, los amigos y los servicios de salud llevan, en muchos casos a no denunciar este delito con severas consecuencias tanto físicas como psicológicas para la mujer.
Cuando una mujer no denuncia haber sido víctima de abuso sexual no recibe el tratamiento necesario como anticoncepción de emergencia, medicamentos para prevenir infecciones de transmisión sexual como el SIDA y apoyo psicológico a largo plazo.
El no recibir tratamiento psicológico en una mujer que sufrió abuso sexual la predispone a sufrir de depresión, ansiedad y abuso de alcohol. También la hace más propensa a ser víctima de otro tipo de violencia.
El abuso sexual, en cualquiera de sus formas debe ser denunciado y la víctima debe recibir tratamiento oportuno.
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