Las mujeres, especialmente las jóvenes, son más propensas que los hombres a acudir a los hospitales sin dolor o malestar en el pecho tras sufrir un ataque cardíaco, y también tienen más probabilidades de morir por la insuficiencia que los hombres de su misma edad, según un estudio reciente encabezado por el Dr. John Canto, de la Watson Clinic en Lakeland, Florida EUA.
La falta de síntomas puede ser resultado de una atención médica tardía y de diferencias en el tratamiento, comentan los investigadores, los hallazgos del estudio fueron publicados en el Journal of the American Medical Association.
El Dr. Canto destaca que aunque los resultados están basados en un estudio de más de un millón de pacientes que sufrieron ataques al corazón, aún son preliminares. Sin embargo, agrega que desafían la noción de que el malestar y el dolor en el pecho deberían ser considerados los síntomas clave para todos los pacientes con ataques cardíacos.
Los síntomas atípicos pueden incluir problemas para respirar o dolor en zonas como la mandíbula, el cuello, los brazos, la espalda y el estómago.
El Dr. Canto y sus colegas analizaron antecedentes médicos en una base de datos nacional de pacientes con ataques cardíacos entre 1994 y el 2006, incluyendo alrededor de 1,1 millones de personas tratadas en cerca de 2.000 hospitales, los investigadores hallaron que el 31% de los pacientes hombres y el 42% de las mujeres no presentó dolor o malestar en el pecho.
La probabilidad de esta clase de síntomas atípicos difiere más entre mujeres y hombres jóvenes, las mujeres también tienden a ser mayores que los hombres cuando sufren su primer ataque cardíaco. En el estudio, el promedio de diferencia de edad fue de siete años.
Las mujeres menores de 45 años tenían un 30% más de probabilidad que los hombres de su mismo grupo etario de sufrir un ataque sin presentar dolor en el pecho. La cifra cayó a un 25% para edades de entre 45 y 65, y la diferencia desapareció luego de los 75 años.
Un patrón similar fue visto en la probabilidad de muerte por ataque cardíaco, aunque con diferencias menores entre los géneros. Al menos una parte de aquella diferencia puede deberse a la falta de acción de pacientes y doctores cuando los síntomas son inusuales.