La miopía o mala visión de lejos, es uno de los padecimientos de la refracción más comunes. Aparece cuando la córnea del ojo es demasiado curva, lo que provoca que la luz enfoque antes de la retina o cuando el globo ocular es demasiado grande.
La miopía puede aparecer desde la infancia y afecta por igual a hombres y mujeres. De los aproximadamente 50 millones de personas que padecen problemas refractivos, el 60% son por miopía.
El principal síntoma es la mala visión de lejos.
Cuando el paciente es un niño, un signo que puede indicar este padecimiento es la costumbre de acercar los objetos a los ojos, o en la etapa escolar porque no alcanzan a distinguir los que la maestra escribe en el pizarrón. Un síntoma que puede aparecer es dolor de cabeza frecuente, que se genera por el esfuerzo constante para alcanzar a distinguir letras u objetos.
Asimismo es una señal de alerta, la costumbre de entrecerrar los ojos al tratar de enfocar algún objetivo lejano, ya que es una forma de lograr un mejor enfoque de los objetos.
Las causas de la miopía se desconocen pero se sabe que la herencia puede influir.
El especialista puede diagnosticar la miopía mediante la lectura de la Cartilla Snellen, que es una tarjeta con letras en diferentes tamaños para determinar su agudeza visual, también se utiliza el Refractómetro que es un equipo que cuenta con lentes de diferentes graduaciones, a fin de conocer el más adecuado para cada paciente. Asimismo es recomendable someterse a un estudio de fondo de ojo, a fin de descartar otras enfermedades.
Por muchos años el tratamiento consiste en el uso de anteojos de armazón o lentes de contacto.
Hoy en día también existen los procedimientos láser, que son ambulatorios y permiten superar la miopía de manera definitiva, pero estàn indicados a partir de los 18 años de edad.