La Miastenia Gravis es una enfermedad autoinmune, que ocasiona debilidad en los músculos que se controlan de forma voluntaria, entre los músculos afectados, se encuentran los relacionados con el movimiento de los ojos y párpados, la expresión facial, masticación y deglución, los del cuello y extremidades y también puede afectar a los que se relacionan con la respiración, ocasionado la muerte.
Esta enfermedad es incurable y afecta a personas de cualquier edad, pero es más común entre las mujeres de entre los 20 y 40 años de edad y en los hombres de edad avanzada.
En muchas ocasiones se le confunde con estrés, anemia o trastornos emocionales, lo que evita un diagnostico oportuno.
Los primeros síntomas, son generalmente la visión doble y la caída del párpado o pérdida de la expresión facial.
Posteriormente pueden presentarse síntomas musculares como:
* Dificultad para deglutir
* Dificultad para hablar o masticar
* Problemas para subir escaleras o levantar objetos
* Parálisis
Otros signos adicionales pueden ser:
* Fatiga
* Ronquera o cambio de voz
* Babeo
* Fatiga
La miastenia gravis se origina por un transtorno del sistema inmunológico, que afecta la transmisión de los impulsos nerviosos a los músculos.
A diferencia de una persona sana, en que las terminaciones nerviosas secretan una sustancia neurotransmisora denominada acetilcolina que genera la contracción del músculo, en un enfermo de Miastenia Gravis, los anticuerpos bloquean y destruyen los receptores de esta sustancia localizados en la zona donde ocurre la conexión entre nervios y músculos.
Esta enfermedad también puede ser generada por la aparición de tumores en el timo, una glándula que tiene un papel fundamental en el desarrollo del sistema inmunológico durante los primeros años de vida.
El diagnostico se puede realizar mediante exámenes físicos en base a síntomas como la debilidad, fatiga y un examen físico que determine la debilidad en los músculos de los ojos.
Estos resultados se confirman con estudios de conducción nerviosa, asi como el llamado Test de Tensilón, que consiste en inyectar al paciente una sustancia llamada cloruruo de edrofonio, que aumenta la fuerza muscular de manera momentánea en quienes padecen la enfermedad.
También se puede diagnosticar mediante exámenes de sangre para detectar anticuerpos contra los receptores de acetilcolina.
La debilidad que genera esta enfermedad puede afectar seriamente la calidad de vida de los pacientes y en casos más serios puede incluso, ocasionar la muerte, cuando afecta los músculos respiratorios.
Generalmente el tratamiento consiste en el uso de fármacos que suprimen el sistema inmunológico o que refuerzan las señales entre nervios y músculos. El tratamiento también puede incluir la extirpación del timo y la Plasmaféresis, que consiste en separar los anticuerpos anormales de la sangre.