Aunque el VIH/SIDA sigue siendo una epidemia que no tiene cura, gracias a los poderosos medicamentos más estadounidenses infectados por el VIH viven más tiempo y con mejor calidad de vida.
A finales de 2008, había 1,178,350 personas en Estados Unidos viviendo con VIH, 20 % de los cuales no sabían que estaban infectados, según investigadores de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU.
La prevalencia de personas con VIH sigue aumentando, comenta el Dr. Michael A. Kolber, profesor de medicina y director del Programa Integral de SIDA en la Escuela Miller de Medicina en Miami.
El SIDA ha cobrado una magnitud terrible en Estados Unidos desde que los primeros casos fueron reportados por investigadores hace 30 años. Desde entonces, 594,496 estadounidenses han muerto por la enfermedad.
Gracias a la llegada de medicamentos supresores del VIH, la infección puede dejar de ser considerada una sentencia a muerte y más bien una enfermedad crónica, ya que la terapia antirretroviral es altamente efectiva, sin embargo el creciente número de nuevas infecciones es preocupante. Las personas no deberían contraer VIH, ya que es una enfermedad prevenible.
Un estudio reciente encontró que si se inician temprano el tratamiento, después del diagnostico, los medicamentos antirretrovirales pueden ayudar a reducir la transmisión del VIH a una pareja sexual en un 96 %. El uso de condones como una estrategia preventiva incrementa la posibilidad de que la pareja permanezca sin la infección.
Lo que se necesita es un mejor acceso a las pruebas y atención, se sabe que cuando la gente tiene resultados positivos, disminuye su actividad sexual en muchos casos. Y si la gente recibe atención, es posible reducir su carga viral. Y cuando disminuye la carga viral en las personas, disminuye su capacidad de transmitir la enfermedad.
El VIH debe ser tratado como cualquier otra enfermedad de transmisión sexual. Cuando más frecuentemente se realice la prueba, mayores serán las posibilidades de tener el número correcto y lograr un impacto en la enfermedad.
Según el director de los CDC, el Dr. Thomas R. Frieden, muchos estadounidenses pueden haber perdido la preocupación del VIH, dejando de verlo como una amenaza grave para la salud.
En los últimos 30 años, los esfuerzos preventivos han contribuido a reducir las nuevas infecciones y los avances terapéuticos han permitido que las personas con VIH tengan vidas más largas y saludables. Pero a medida que estas mejoras han tenido lugar, el sentido colectivo de crisis ha disminuido. Demasiados estadounidenses subestiman el riesgo de infección, o creen que el VIH ya no es una amenaza de salud importante, pero deben entender que el VIH sigue siendo una infección incurable. Se Debe aumentar la determinación para poner fin a esta epidemia.
Cada año en Estados Unidos, unas 50,000 personas se infectan con el VIH.
Más de la mitad de estas nuevas infecciones se encuentran entre los hombres homosexuales y bisexuales, y de estos cerca de 50 % son afroamericanos, según el información de junio de la revista Morbidity and Mortality Weekly Report.
Los investigadores encontraron que entre los hombres homosexuales y bisexuales, los de raza negra presentaron mayores probabilidades estar infectados y no saberlo (14.5 por ciento), seguidos por hombres hispanos (6.7 por ciento) y hombres blancos (3 por ciento).
Además, los hombres con menor nivel educativo, que a la vez son más pobres, tienen menos probabilidades de haberse hecho una prueba, lo cual sugiere que el acceso a las pruebas debe ampliarse y dirigirse a estas poblaciones.
Fuente: HealthDay