En la Universidad Charité-Universitätsmedizin de Berlín, Alemania, se acaba de implantar el primer marcapasos para controlar la lengua,
Su función es probar una nueva estrategia para tratar a los pacientes que sufren apnea de sueño y cuyos ronquidos, además de molestar a la familia, pone en riesgo su vida.
El aparato registra las pausas en la respiración que ocurren durante el sueño de estos pacientes y actúa emitiendo un impulso eléctrico, que evita el ronquido y previene la apnea obstructiva.
Los médicos en el Departamento de Otorrinolaringología de la universidad probaron el dispositivo en un paciente que sufre de síndrome de apnea obstructiva del sueño.
Esta enfermedad, genera pausas en la respiración y se da cuando los músculos de la parte superior de la garganta se relajan en forma excesiva durante el sueño. Y como resultado, parte de las vías respiratorias se estrechan y la persona experimenta dificultad para respirar.
Los típicos ronquidos se producen cuando el sistema respiratorio de la persona afectada, en forma automática, intenta que el aire pase a través de las vías respiratorias parcialmente bloqueadas.
El neuroestimulador o marcapasos probado es más pequeño que una caja de fósforos y está implantado, como un marcapasos cardíaco, por debajo de la piel, cerca de la clavícula, del equipo sale un cable ultrafino que mide el movimiento del diafragma y controla la frecuencia de respiración individual.
Cuando la persona respira, el marcapasos lo registra y envía un impulso eléctrico a través de un segundo cable hasta el nervio hipogloso. Este es el responsable de la contracción de los músculos de la lengua, cuando es estimulado, la lengua se contrae y deja de obstruir las vías respiratorias, y permite circular el aire normalmente, previniendo las pausas mortales de la respiración, y el molesto ronquido.
El Dr. Alexander Blau afirma que el nuevo neuroestimulador es un paso significativo en el tratamiento de la apnea del sueño. En comparación con otras terapias actuales son mucho mejores porque las opciones actuales son, por ejemplo, máscaras especiales de respiración que debe usar el paciente durante las horas de sueño, y que son muy molestas y además, restringen los movimientos en la cama.
Ahora será cuestión de seguir extendiendo este experimento para ver si es realmente seguro y posible extender sus beneficios a otros casos.