Los adultos que fueron diagnosticados con trastorno por déficit de atención con hiperactividad en la niñez tienen menos materia gris en ciertas áreas del cerebro en la adultez que las personas que no sufrieron del trastorno en la juventud, afirman investigadores encabezados por el Dr. F. Xavier Castellanos, profesor de psiquiatría infantil y adolescente del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York.
La mayoría de individuos con TDAH mejoran en la adultez, pero es algo decepcionante ver que incluso con la mejora, continuan los desafíos para los que tienen TDAH, señala el Dr. F. Xavier Castellanos, quien también comenta que hallaron una tendencia a cambios cerebrales incluso más significativos entre las personas que seguían teniendo síntomas de TDAH en la adultez.
Los resultados del estudio aparecen en la revista Archives of General Psychiatry.
El estudio incluyó a niños que habían participado en un estudio continuo que se inició en los años 70. En ese momento, el estudio consistía de 207 chicos de 6 a 12 años de edad y 178 chicos de la misma edad que no tenían TDAH como grupo de control.
La investigación incluyó a 59 de los voluntarios del estudio que habían tenido TDAH en la niñez y 80 que no, la edad promedio fue de 41 años. De los 59 que tenían TDAH, 17 seguían teniendo síntomas en la adultez. Los voluntarios del estudio se sometieron a imágenes por resonancia magnética y fueron entrevistados sobre sus síntomas y uso de medicamentos actuales.
Los investigadores hallaron que la capa externa del cerebro (la corteza) era significativamente más delgada en las personas que habían tenido TDAH en la niñez, en comparación con las que no. Esos cambios se observaron en las personas que seguían teniendo síntomas de TDAH y las que no. Sin embargo, hubo una tendencia constante entre quienes seguían presentando síntomas a tener una corteza aún más fina.
Las áreas más afectadas por la reducción tienen que ver con el control y la regulación de la atención. Por ejemplo, la cantidad de atención que se da a una tarea es un complejo cálculo sobre lo que sucede alrededor, cuánto ruido hay, si otra cosa se mueve en la habitación, entre otros factores. Si uno escucha un ruido, se distrae al menos momentáneamente a menos que pueda explicarlo racionalmente, por ejemplo si hay una construcción cerca. Si el ruido se puede explicar racionalmente, uno puede volver a trabajar sin más distracción. Pero ese proceso no funciona tan bien en las personas con TDAH.
Es importante que la gente se dé cuenta de que el TDAH realmente puede ser una afección de toda la vida, y que si los síntomas persisten en la adultez, no se debe ignorarlos.
Fuente: HealthDay