La Leishmaniasis, es una enfermedad de las zonas tropicales y subtropicales ocasionada por un parásito del género Leishmania.
El padecimiento puede ser de dos tipos:
Cutáneo, que afecta a la piel y las mucosas y que puede desfigurar al paciente si la zona afectada esta en el rostro.
Sistémico, que afecta a todo el organismo y puede ocasionar la muerte, pues los parásitos afectan al sistema inmunológico del individuo.
De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud, este padecimiento afecta a alrededor de 12 millones de personas, en 88 naciones, siendo las más afectadas Afganistán, Bangladesh , India, Pakistán, Brasil Perú y Argentina. Además cada año, se generan dos millones de nuevos casos.
Los síntomas pueden variar dependiendo de la variante de la enfermedad
En el caso de la Leishmaniasis cutánea o de las mucosas, que es la más frecuente, los signos son:
* Llagas en la zona de la piel donde ocurrió el piquete.
* Lesiones en las zonas alrededor de la úlcera
* Obstrucción nasal
* Hemorragia nasal
* Dificultades para deglutir
* Erosión de tejidos en boca, lengua, encías, labios, nariz y tabique nasal.
Cuando se trata de Leishmaniasis Sistémica se producen síntomas como
* Tos, diarrea y vómitos en el caso de niños
* Fiebre
* Sudores nocturnos
* Piel escamosa, gris y pálida
* Malestar abdominal
* Pérdida de peso
La Leishmaniasis es ocasionada por el parásito del género Leishmania, que se transmite por el piquete de la hembra de mosquitos del género Phlebotomus y Lutzomia, conocidos en el continente americano como mosca de arena o jején.
El mosquito puede transmitirlo de una persona o un animal infectado, como roedores, perros, y diversos mamíferos salvajes. La enfermedad también contagia de madre a hijo o a través de transfusiones de sangre.
El diagnóstico puede iniciarse con un examen físico en el que se debe detectar el posible agrandamiento del bazo, hígado y ganglios linfáticos.
Estos resultados se pueden comprobar con una biopsia del bazo, para detectar la presencia de microorganismos, así como cultivo y biopsia de hueso, médula ósea y ganglios linfáticos con el mismo objetivo . Los especialistas también recomiendan realizar biopsias de piel y la llamada Prueba cutánea de Montenegro.
La Leishmaniasis cutánea puede ocasionar daños en la piel que desfiguran la zona afectada, obligando a recurrir a cirugías estéticas.
En tanto, la Leihsmanasis sistémica, puede ser mortal, pues al atacar al sistema inmunológico facilita la aparición de otras infecciones.
Por lo general el tratamiento consiste en el uso de fármacos, que deben suministrarse antes de que se afecte al sistema inmunológico.