La almohada es un producto muy personal, y en gran parte la responsable de nuestro descanso diario.
Por ello, a la hora de elegir la almohada adecuada debemos tener en cuenta una serie de aspectos:
– La compensación es importante: fíjese en las propiedades de los materiales de relleno para ver si su transpiración es buena o mala.
– La postura que adoptamos a la hora de dormir.
– Una almohada debe asegurar que las vértebras cevicales y las dorsales formen el mismo ángulo que cuando estamos de pie.
– Dormir sin almohada puede provocar hipertensión, y la aparición de contracturas cervicales.
cuidados de la almohada
Dormir sin almohada provoca que el cuello esté en hipertensión
Dormir boca arriba con una almohada demasiado gruesa o sin almohada facilita la aparición de contracturas.
Lo más recomendable es dormir con almohadas finas. De esta manera la vértebras cervicales y dorsales forman el mismo ángulo que cuando una persona se encuentra de pié.
Si duerme de lado no puede escoger una almohada fina ya que hace que el peso de la cabeza caiga sobre uno de los hombros de apoyo y fuerza la inclinación de la columna.
En este caso se recomienda una almohada gruesa. En este caso el cuello permanece a la misma altura que la columna.
Dormir boca abajo no es recomendable. Se fuerza la columna lumbar y además el cuello permanece girado.
Una buena costumbre es dormir ligeramente de lado. Pare ello, la pierna inferior (sobre la que se apoya el cuerpo) debe estar estirada y la otra pierna debe quedar flexionada al igual que la cadera. Es decir, forma un ángulo de unos 45 grados.
Resumiendo: la postura del cuello con las vértebras tiene que ser lo mas parecido a cuando estamos de pié.
¿Por qué unas almohadas son mas caras que otras?
1) Por la tela de la funda.
2) Por la cantidad, calidad del relleno y la transpiración de la almohada. Si da sensación de ingravidez y alivio de presión. Las mas caras son las de látex de altura variable con relleno de plumón de pato adulto europeo. La última novedad es que esté tratada con aloe vera.
Tipos de almohadas:
1) Plumas: Se moldean al cuello de cada uno. Tienen el inconveniente de que dan calor.
2) Fibras de poliéster. El problema que tienen es al lavarlas. Si es de mala calidad, quedará apelmazada. Por eso hay que elegirla de gran calidad.
3) Látex. Adaptables a la forma y al peso de la cabeza. Se combinan con plumas y plumón. Las de dureza intermedia son las mas recomendables.
4) Cervicales. Hechas para prevenir y mejorar dolores cervicales. Tratan de sujetar el cuello, la nuca y la cabeza para mantener las cervicales en todo momento protegidas. Tienen forma de un vaivén. Divididas en 4 zonas de mayor o menor dureza. Estas almohadas suelen ser únicamente cómodas para las personas que duermen boca arriba.
5) Almohada convencional de Plumón. Las almohadas rellenas de plumón ofrecen un tipo de soporte apto para aquellas personas que precisan de una almohada blanda. Las que están rellenas de Plumón de pato ofrecen una mayor suavidad y vida útil y resultan algo mas económicas.
6) Almohada Bicompartiminental. Algunas veces, las personas quieren una almohada que tenga la suavidad y confort del plumón pero con un mayor grado de firmeza. Este tipo de almohada se confecciona con 3 compartamentos totalmente independientes. EL núcleo central se rellena con copos de Látex calibrados, con el fin de ofrecer un buen grado de soporte. Los compartimientos exteriores se rellenan con Plumón para ofrecer el tacto y suavidad.