Las mujeres jóvenes cuyas parejas íntimas intentan controlarlas están en mayor riesgo de violencia doméstica física y sexual, encuentra un estudio reciente. El estudio encabezado por la Dra. Marina Catallozzi, de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Columbia, en Nueva York, incluyó a más de 600 mujeres de 15 a 24 años que son pacientes de un centro de salud reproductiva. El 68 % reportó que su pareja presentaba una conducta controladora.
De esas mujeres, 38 % afirma que sólo había experimentado conducta controladora. Pero 11 % reportó experimentar conducta controladora más abuso físico, 10 % reporta conducta controladora y violencia sexual, y casi 9 % reporta haber sido víctima de todas las formas de violencia en la pareja.
Las mujeres son más propensas a ser víctimas de un mayor número de episodios de conducta controladora si tienen de quince a dieciocho años, son hispanas, han estado expuestas a la violencia doméstica durante la niñez, han estado embarazadas al menos una vez, han sufrido recientemente de violencia física o sexual, y se sienten incómodas pidiendo a su pareja masculina que utilice un condón.
Entre los tipos de conductas controladoras reportadas por las mujeres se incluye, que se espera el permiso de su pareja antes de buscar atención de salud (3.7 %); que el contacto con su familia es muy restringido (6.3 %); ser ignorada o tratada de forma indiferente por su pareja (24.7 %); y que su pareja intenta impedir que viera a sus amigos (26.5 %).
Estos datos demuestran la alta frecuencia de las conductas controladoras en las relaciones entre adolescentes y adultos jóvenes, concluyeron la Dra. Marina Catallozzi y sus colegas de la Facultad de salud pública de la Universidad de Columbia, en Nueva York.
Esta información de los altos índices de conductas controladoras relacionadas con la violencia en las relaciones, sobre todo entre las personas jóvenes, puede afectar la forma en que se consideran las evaluaciones de los centros de atención de salud y la honestidad con que contestan las preguntas de evaluación. Las adolescentes y las mujeres jóvenes pueden no sentirse cómodas revelando esta información, se requiere una evaluación cuidadosamente diseñada, reiterada y novedosa para mejorar la identificación, comprensión y tratamiento.
Ser víctima de una pareja controladora puede desencadenar severos problemas de autoestima y terminar en actos de violencia, que si bien son más comunes de los hombres hacia las mujeres, también pueden ocurrir en sentido inverso.
El estudio aparece en la revista Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine.