Según el nuevo estudio, la respuesta emocional de la gente a los retos podría afectar la forma en que el cuerpo reacciona al estrés, para llegar a esa conclusión, investigadores de la Universidad de Pittsburgh pidieron a los individuos que dieran un discurso en un laboratorio delante de una videocámara y un panel de jueces. Durante el discurso se monitorearon las respuestas físicas de los participantes y luego se les preguntó por las emociones que sintieron mientras daban su discurso.
Los que informaron tener mayores niveles de ira y ansiedad después del discurso experimentaron mayores incrementos en un marcador de inflamación llamado interleucina-6, en comparación con los que se mantuvieron calmados.
Los hallazgos podrían explicar por qué algunas personas con altos niveles de estrés experimentan problemas de salud crónicos.
El estudio aparece en la edición de febrero de la revista Brain, Behavior, and Immunity.
Los resultados plantean la posibilidad de que las personas que se enojan o sienten ansiedad cuando se enfrentan a retos relativamente menores en sus vidas son propensas a tener mayor inflamación, afirma Anna Marsland, profesora asociada de psicología y líder del estudio.
Con el tiempo, esto puede hacer que estos individuos emocionalmente reactivos sean más vulnerables a las enfermedades inflamatorias, como las enfermedades cardiovasculares