Las vitaminas del complejo B son siete sustancias diferentes. Se les conoce por su nombre o por una numeración que se precede con la letra B. Se agrupan como complejo porque, aunque cada una tiene sus funciones y beneficios particulares, en general comparten el tipo de función que cumplen en el cuerpo y los alimentos que las contienen.
Las vitaminas del complejo B cumplen con dos funciones primordiales dentro del cuerpo. La primera tiene que ver con el metabolismo. Las distintas moléculas químicas que constituyen el complejo B ayudan a mantener en óptimo funcionamiento el metabolismo ya sea de las grasas o lípidos, los hidratos de carbono o las proteínas. Así, nos ayudan a aprovechar mejor la energía que obtenemos de los alimentos y a que cada nutrimento cumpla sus funciones en el cuerpo.
La otra función de las vitaminas de complejo B tiene que ver con el sistema nervioso, tanto central como periférico. Recordemos que nuestro sistema nervioso está constituido por unas células muy especiales, conocidas como neuronas, que son capaces de transmitir impulsos eléctricos. Estos impulsos, que brincan de la cabeza de una neurona a la cola de la siguiente, regulan el movimiento de los músculos gruesos y finos, el pensamiento, la memoria, la imaginación y el raciocinio. El correcto desarrollo y mantenimiento de estas células, las neuronas, es fundamental para un desarrollo cognitivo y psicomotriz adecuado.
Las células del tejido nervioso son a la vez muy complejas y específicas como muy rudimentarias. Y lo que las hace rudimentarias es su muy pobre capacidad de reparación y reconstrucción. A diferencia de otras células del cuerpo humano, las neuronas no pueden multiplicares con facilidad, no se recuperan de golpes o daños y se reparan con mucha dificultad. Cuando una porción importante de sistema nervioso se lastima, como cuando hay una embolia, infarto o accidente cerebro vascular, la pérdida de tejido es casi irremediable. Por eso es fundamental que cuando las células se están desarrollando, en el complejo movimiento llamado sinapsis, (que se encarga del pensamiento y del control de movimiento corporal) tengan a la mano todos los nutrimentos que requieren para un óptimo funcionamiento. Las neuronas están formadas por proteínas, pero están recubiertas por grasa, especialmente de la familia del omega 3 (que incluyen al ácido alfa linolénico, DHA y EPA) y por vitaminas del complejo B. Estas vitaminas forman parte del recubrimiento de los nervios tanto en el cerebro y cerebelo como en los nervios periféricos. Cuando se está desarrollando el sistema son fundamentales para facilitar la capacidad de enlace (sinapsis) y en los adultos son importantes para el mantenimiento y reparación del desgaste debido a estrés, al cansancio crónico y al uso regular.
En los niños, especialmente entre 1 y 6 años de vida, hay un enorme desarrollo de la capacidad de sinapsis en el sistema nervioso. En el cerebro y en las terminaciones nerviosas del pequeño se están desarrollando conexiones que le servirán toda la vida y que se reflejan en sus nuevas capacidades motrices, tanto gruesas como finas, (caminar, saltar, correr, punzar, ensartar, etc.) cognitivas y emocionales: control del movimiento fino y grueso, memoria, concentración, habilidades de lectura y escritura, imaginación, control de sí, capacidad de compartir, empatía, etc.
Cuando en el niño las vitaminas del complejo B son escasas, las consecuencias en el desarrollo son visibles. En casos extremos, como cuando en el embarazo falta mucho ácido fólico, puede presentarse labio leporino, paladar hendido y espina bífida; condiciones tan tremendamente limitantes que ni quisiera nos gusta pensar en ellas.
Encontrar suficientes vitaminas del complejo B en la dieta para nuestros pequeños no es sencillo. Hay que comer muchas frutas y verduras; sobre todo hojas verde oscuro como espinaca, berro o acelga. Es importante también comer carnes rojas y huevo.
En las papas hay una opción muy interesante de un alimento rico en vitamina B6 y otras sustancias del complejo B (niacina y ácido fólico) para los niños. Son alimentos que les encantan, versátiles y deliciosos. Fáciles de comer, con mil formas distintas de prepararlas, las papas pueden brindar a los niños parte de la vitamina B6 y otras vitaminas del complejo que requieren para su correcto desarrollo. Y es que en cada porción de una papa mediana (148 g en promedio) se aporta el 10% de la recomendación diaria de B6, el 8% de la misma para la niacina (otro compuesto del complejo B) y 6% de la recomendación diaria de ácido fólico, o folato, esencial en esos momentos de desarrollo.
Papas para el desarrollo del sistema nervioso de los niños, papas para ayudar a proporcionar los nutrimentos que son esenciales para el correcto desarrollo y crecimiento del sistema nervioso central y periférico de los pequeños. Papas por su contenido de niacina, ácido fólico y B6.