Una investigación realizada en Israel encontró que cuando los bebés prematuros escuchan 30 minutos de música de Mozart diariamente, contribuye a calmarlos. Esto les permite crecer y ganar peso con mayor rapidez.
Según los expertos éste efecto de ganar peso en forma veloz estaría basado en que, justamente, los bebés logran reposar de manera más tranquila y eficiente.
Este hallazgo coincide con otros estudios científicos en los que se ha comprobado el «efecto Mozart» y que en pocas palabras, explica que escuchar la música de este compositor logra disminuir las pulsaciones cardíacas, baja la concentración de hormonas relacionadas con el estrés y relaja en general a la persona. Además se verifica un incremento en los niveles de oxígeno en sangre.
El trabajo realizado en Israel fue hecho sobre un grupo de 20 bebés saludables, que habían nacido forma prematura y necesitaban cuidados especiales, entre otros alimentación endovenosa.
Se dividió a este grupo en dos subgrupos y a uno se le hizo escuchar música de Mozart por 30 minutos diarios a lo largo de varios días, y ninguna música al otro. Luego se compararon los resultados. Se encontró que, tras apenas diez minutos, los bebés que escuchaban a Mozart mostraban una disminución del gasto energético en reposo y al terminar la sesión musical ese gasto disminuía en promedio en entre un 10 y un 13%.
Este estudio es demasiado pequeño apenas se hizo sobre 20 bebés- como para poder extrapolarlo a la generalidad. Sin embargo, también se reconoce que es un punto de partida interesante para realizar nuevas comprobaciones similares.
De todos modos, hacer escuchar música de Mozart a los bebés aunque no tenga efectos especiales no es algo negativo.