La bacteria E. coli llega a Estados Unidos

La Organización Mundial de la Salud confirma que la bacteria intestinal E. coli Enterohemorrágica (EHEC) se contre por alimentos contaminados.

Las autoridades sanitarias estadounidenses del Centro de Control y Prevención de Enfermedades indicaron que se han registrado dos casos de personas afectadas. Ambas habían viajado recientemente a Alemania.

El número de enfermos en un total de doce países se eleva a 1.823 y de ellos 18 han muerto. El Norte de Alemania concentra el 95 % de casos: 1.213 de E. coli Enterohemorrágica (EHEC), de los que 6 resultaron mortales; y 520 del Síndrome Urémico Hemolítico (SUH), con 11 fallecidos.

Las manifestaciones clínicas de la infección por  E.coli enterohemorrágica incluyen dolor abdominal intenso, diarrea hemorrágica, náuseas, vómito y fiebre.

La Organización Mundial de la Salud asegura que se trata de una cepa altamente agresiva que no se había detectado hasta ahora.

La Unión Europea (UE) pidió a Rusia, principal comprador de sus productos vegetales, que levante la restricción que impuso a la importación. Según la UE esa prohibición es desproporcionada.

Se recomienda encarecidamente el lavado frecuente de las manos, sobre todo antes de preparar o consumir alimentos y después de defecar, especialmente en el caso de quienes cuiden de niños pequeños o de quienes estén inmunodeprimidos, puesto que la bacteria puede transmitirse de persona a persona, así como a través de los alimentos, el agua y el contacto directo con animales.

La E.coli enterohemorrágica es una cepa de E. coli que se encuentra frecuentemente en el intestino de los animales, sobre todo de los rumiantes, y produce toxinas conocidas como verotoxinas o toxinas de Shiga por su semejanza con las toxinas producidas por Shigella dysenteriae. Puede causar enfermedad grave transmitida por los alimentos, y se transmite al ser humano principalmente a través del consumo de alimentos contaminados, tales como carne picada cruda o poco cocinada o leche sin hervir, agua contaminada, contacto directo con animales o contacto con personas infectadas. La cocción de los alimentos hasta que alcancen una temperatura uniforme de 70 °C destruye estas bacterias.


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