Aunque comience a una edad tardía, la actividad física puede ayudar a conservar la capacidad mental, halla un estudio encabezado por la Dra. Laura E. Middleton del Centro de Recuperación del Accidente Cerebrovascular de la Heart and Stroke Foundation, en el Instituto de Investigación Sunnybrook, en Toronto.
Los adultos mayores que se mantienen activos pueden reducir las probabilidades de perder capacidades mentales.
Los resultados del estudio están publicados en la revista Archives of Internal Medicine.
El método utilizado captura todos los tipos de actividad física, lo que sugiere que la actividad física de baja intensidad puede ser importante, y no se trata solo de trotar, nadar o montar bicicleta, sino que tan solo moverse por la casa, realizar tareas, caminar al aire libre puede también ser una protección importante contra el deterioro cognitivo. No debemos solo animar a la gente a hacer ejercicio, sino disuadirles de ser sedentarios.
Para el estudio, el equipo recolectó datos sobre 197 hombres y mujeres que participaron en el estudio continuo de Edad, Envejecimiento y Composición Corporal, los participantes tenían una edad promedio de 74 años cuando comenzaron el estudio, y ninguno tenía ninguna dificultad cognitiva, señalan los investigadores.
Para determinar los efectos de la actividad sobre la capacidad mental, los investigadores midieron la cantidad total de energía utilizada por los participantes. Para hacerlo, usaron un método llamado «agua doblemente etiquetada», que muestra la cantidad de agua que pierde la persona, una medida objetiva de la actividad metabólica del individuo.
Durante el periodo de dos y cinco años de seguimiento, el grupo halló que quienes tenían mayores niveles de actividad física mostraban menos probabilidades de desarrollar cualquier déficit cognitivo, en comparación con los que tenían los menores niveles de actividad física.
Esos hallazgos fueron confirmados al pedir a los participantes que tomaran un mini examen del estado mental modificado. Los investigadores también registraron factores como las puntuaciones del mini examen del estado mental modificado al inicio del estudio, factores demográficos, masa corporal, sueño, salud autorreportada y diabetes.
El resultado de los estudios manifiesta una asociación entre la actividad física y el cambio cognitivo.
Los investigadores también reportaron que las mujeres físicamente más activas tenían las tasas más bajas de desarrollo de declive cognitivo. Además, las mujeres que hacían caminatas a paso veloz por 30 minutos al día, o su equivalente, tenían un riesgo más bajo de deterioro cognitivo.
Incluso tras el inicio de demencia, el ejercicio puede resultar beneficioso. Caminar una, dos o cuatro veces por semana con un cuidador lleva a mejores resultados y la persona mayor se siente más feliz.
Fuente: HealthDay