Las personas que experimentan inanición en su juventud están en mayor riesgo de enfermedad cardiaca más adelante en la vida, encontró un estudio encabezado por la Dra. Annet van Abeelen, del Centro Médico de la Universidad de Utrecht.
Investigadores de los Países Bajos que analizaron a mujeres que sobrevivieron a la hambruna holandesa de 1944 y 1945 hallaron que la relación es particularmente firme entre las personas que estaban desnutridas en la adolescencia.
Los autores del estudio afirman que sus hallazgos, que aparecen en la edición en línea del 25 de agosto de la revista European Heart Journal, proveen la primera evidencia directa sobre los efectos adversos de salud asociados con la hambruna, un problema que sigue siendo crítico por todo el mundo.
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores holandeses examinaron a 7,845 mujeres que tenían menos de 21 años de edad y vivían en los Países Bajos al final de la segunda guerra mundial, una época en que una escases grave de alimentos limitó a la mayoría de adultos a no más de 800 calorías al día.
Las mujeres, a las que se estudió a mediados de los 90, fueron divididas en tres grupos: las que nunca pasaron hambre; las que se vieron gravemente afectadas por la hambruna; y las que se vieron moderadamente afectadas por la escases de alimentos.
Los investigadores hallaron que el riesgo de enfermedad cardiaca era ligeramente superior en general para las mujeres que habían sido moderadamente expuestas a la hambruna que en aquellas que no se habían visto expuestas. Sin embargo, las mujeres que resultaron gravemente afectadas por la hambruna en su juventud tenían un riesgo significativamente elevado de enfermedad cardiaca.
Las que tenían el mayor riesgo eran las mujeres que tenían entre 10 y 17 años cuando ocurrió la hambruna y que fueron gravemente afectadas por ésta. En la adultez, esas mujeres tenían un riesgo 38 % más elevado de enfermedad cardiaca. Al tomar otros factores de riesgo en consideración, como el tabaquismo y la educación, los investigadores señalaron que las mujeres seguían presentando un aumento de 27 % en el riesgo de enfermedad cardiaca. Las que habían sido moderadamente expuestas al hambre no tuvieron un aumento en el riesgo.
El estudio señaló que las mujeres expuestas a la hambruna, sobre todo las que tenían de 18 a 21 años de edad en esa época, presentaban un riesgo más bajo de accidente cerebrovascular que las que no habían resultado afectadas por la escases de alimentos.
Dado que la incidencia de enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte mundialmente, y aumenta en muchos lugares del planeta, esto amerita más investigación sobre el impacto de la desnutrición en periodos sensibles del crecimiento y la maduración. El estudio que aparece en la revista European Heart Journal.
El estudio indica que el crecimiento que se ha visto impedido por la desnutrición en la niñez tardía, seguido por una recuperación posterior, podría tener consecuencias metabólicas que contribuyen a un mayor riesgo de enfermedades más adelante en la adultez.
Fuente: European Heart Journal