La intoxicación por inhalación de gran cantidad de vapores de benceno, es poco común salvo en caso de accidentes.
La intoxicación por benceno produce una afectación del sistema nervioso central, en forma de excitación, para pasar rápidamente a una fase de depresión, con cefalea, fatiga, parestesia en las manos y los pies, vértigos y dificultad para articular las palabras.
La intoxicación crónica produce una afectación de la médula ósea, de forma que se altera la hematopoyesis, se ha comprobado la existencia de una relación entre altas exposiciones a benceno y el desarrollo de pancitopenia, anemia aplástica y leucemia. En consecuencia, el benceno está clasificado como carcinógeno de primera categoría.
El benceno penetra en el organismo principalmente por inhalación, aunque la absorción cutánea es también posible, después de su absorción, el benceno es eliminado inalterado en la orina (menos del 1%) y en el aire expirado (10 a 50% según la actividad física y la importancia del tejido adiposo); el resto es biotransformado. La mayor parte del benceno absorbido es metabolizado en el hígado y la médula ósea, por oxidación a fenol, quinol y catecol, que se excretan en la orina en forma de sulfatos y glucuronatos. La metabolización y eliminación del benceno es rápida, la excreción de los metabolitos se completa generalmente dentro de las 24-48 horas después de una exposición única, lo que representa una vida media biológica inferior a las 12 horas.
Sin embargo, los tejidos adiposos pueden retener una pequeña cantidad de benceno durante varios días después del final de la exposición. Se hallan expuestos al benceno los trabajadores de petroquímicas, gasolineras, estacionamientos subterráneos, talleres mecánicos y los fumadores.
Debido a que es un contaminante ambiental la población en general también padece exposición crónica en bajas concentraciones, siendo la más afectada la residente en las zonas de más emisión: cerca de gasolineras y de tanques de almacenamiento de combustibles y en zonas con mucho tráfico.
Además cuando se evalúe el riesgo, habrá que tener en cuenta las demás vías de exposición como la absorción en la piel o a través de ella.
La American Conference of Governmental Industrial Hygienists, tiene fijado un valor promedio máximo permisible en aire para 8h/día y 40 h/semana de 0,5 ppm (1,6 mg/m3); un valor para exposiciones de corta duración de 2,5 ppm (8 mg/m3), y un índice biológico de exposición de 25 mg/g de creatinina de ácido S-fenilmercaptúrico en orina al final del turno. Asimismo, lo clasifica como una substancia con un elevado poder de penetración a través de la piel.