La insuficiencia renal es una de las principales consecuencias de la diabetes mellitus, hipertensión arterial y obesidad, padecimientos que sufren alrededor del 70% de los adultos mayores de 20 años en el país.
En México, apenas una de cada 100 personas con diabetes recibe un riñón, principalmente por la falta de cultura de donación de órganos, además de la escasa infraestructura de las instituciones de salud pública, revela el Dr. Mauricio Moraira Beltrán, internista y educador en diabetes.
Cuando las personas con diabetes sufren de insuficiencia renal deben someterse a una diálisis (proceso para limpiar artificialmente la sangre); sin embargo, en algunos pacientes este tipo de terapias de reemplazo dejan de funcionar y necesitan de un nuevo riñón.
En este sentido, cuando el paciente con diabetes va a recibir un trasplante de riñón o de otro órgano se deben considerar varios aspectos pre y pos operatorios.
Primero, antes de entrar a quirófano la persona debe tener un control correcto de su glucosa; en tanto que durante la operación debe recibir insulina constante para evitar aumentos de azúcar que provoquen infecciones tanto en herida como a nivel cardiovascular.
Después del trasplante se debe tener en cuenta que el paciente va a tomar medicamentos inmunosupresores que ayudan para que no rechace el órgano, por esa razón va a aumentar sus dosis de insulina además de una alimentación especial.
El Dr. Moraira Beltrán indicó que habitualmente el riesgo de infecciones es mucho mayor durante los primeros seis meses; por eso es importante que durante ese periodo la persona tenga un seguimiento semanal. Después podrá ser cada 15 días hasta cumplir un año para detectar cualquier infección a tiempo.
Por otra parte, el especialista destacó que cuando una persona con diabetes recibe un páncreas puede dejar de requerir insulina por completo o dosis muy bajas pero por un tiempo muy variable.
Se ha visto que al cumplir un año de haber recibido un páncreas, entre 10 y el 20 por ciento de las personas empiezan a requerir de nuevo insulina, y a los cinco años un poco más del 70 por ciento necesita de nuevo tratamiento con medicamentos. Esto ocurre por las mismas complicaciones que produce la diabetes y favorecen un más rápido deterioro del órgano.
Por último recomendó que la gente que ya tiene diagnóstico de diabetes o hipertensión arterial, la mejor manera de controlar el avance y no sólo problemas de riñón, sino la ceguera y pie diabético, es tener un control estricto de su glucosa y mantener valores en cifras normales. (Agencia ID)