Una infección oportunista es una enfermedad causada por un patógeno que habitualmente no afecta a las personas con un sistema inmune sano. Un sistema inmune enfermo representa una «oportunidad» para una bacteria o un virus para causar infección.
Las infecciones oportunistas son la causa más común de muerte en personas con VIH / SIDA.
La diarrea constituye un problema para muchos enfermos de VIH/SIDA y es causa de que su organismo pierda agua y minerales, esta pérdida es aún mayor si el enfermo tiene vómitos. En los casos graves, la diarrea produce deshidratación, mala absorción de los alimentos, fuerte adelgazamiento y malnutrición, y da lugar a debilidad general.
La diarrea puede tener muchas causas, puede ser un síntoma de enfermedad o un efecto secundario de la administración de medicamentos; es producida frecuentemente por el consumo de alimentos contaminados como consecuencia de una escasa higiene alimentaria.
Se suele creer que cuando se padece diarrea es necesario dejar de comer y beber líquidos y que se han de tomar medicamentos. Sin embargo, reducir la ingesta alimentaria puede agravar más el problema, es muy importante no utilizar medicamentos que se han recetado a otras personas.
El organismo elimina las sustancias tóxicas del intestino mediante la diarrea. Aún cuando la mayoría de las diarreas cesan al cabo de un par de días, la mejor cura es beber mucho líquido, o una solución de rehidratación oral, no interrumpir el consumo de alimentos y tratar las causas subyacentes, hasta que cese la diarrea.
Si el trastorno dura más de tres días, si se produce fiebre, si aparece sangre en las heces, o si se produce gran debilidad, se debe acudir de inmediato al médico.
Uno de los objetivos del tratamiento del VIH es reducir el riesgo de contraer infecciones oportunistas. La terapia antirretroviral puede ayudar mediante el aumento de su número de células CD4, lo que ayudará a protegerse de este tipo de infecciones.
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