Un grupo de investigadores lograron comprender porqué los niños que se niegan a prestar sus juguetes reaccionan de ese modo a pesar de que saben que su comportamiento está mal.
El subdesarrollo de un área de control de impulsos eléctricos es quien está involucrado en el comportamiento egoísta de los niños.
El estudio, se publicó en la revista Neuron, y explica que se estudió a un grupo de niños de entre seis y 14 años, se les asignaron dos tareas similares de decisión que implicaba el intercambio de fichas de póquer con receptor anónimo, las fichas eran canjeadas por premios.
La tarea uno consistía en una oferta que hacia un niño al receptor y no tenía consecuencia alguna. Sin embargo, la segunda tarea requería de una estrategia social, ya que el receptor anónimo podía rechazar la oferta de fichas si era injusta o si sabía que ninguno iba a recibir algo a cambio.
En ambas pruebas niños mayores se comportaron de modo similar, en cambio los niños más pequeños hacían ofertas malas y también estaban más dispuestos a aceptarlas aunque supieran que eran injustas.
Con imágenes del cerebro de los niños se determinó que en los más pequeños había una menor actividad en el control de impulsos en la corteza prefrontal, el área del autocontrol y la toma de decisiones.
Esta misma zona presentaba menor actividad, independientemente de la edad, cuando la estrategia social era pobre en los jóvenes que participaron en el estudio.
Los investigadores puntualizan que este descubrimiento no excusa el mal comportamiento que puede tener un niño, y señalan que es necesaria una educación y un buen ejemplo para que cuando sea grande, el niño pueda satisfacer sus necesidades mientras se comporta de manera aceptable.